Una biohacker implanta más de 50 chips magnéticos en su cuerpo para convertirse en lo más cercano a un androide nunca visto

Lepht Anonym, vive en el Reino Unido y desde hace varios años se ha realizado 50 operaciones con la finalidad de implantarse chips, imanes, antenas y sensores, ya que considera que esta es una forma de mejorar la condición humana y alcanzar la verdadera felicidad, sin saber si esos experimentos tendrán resultados positivos a largo plazo.

Anonym forma parte de los llamados biohackers, quienes tratan de superar los límites físicos e intelectuales de la raza humana de una manera polémica, tras aceptar todos los riesgos que esto implica, ya que muchos han muerto en el intento. Es un afán de compaginar el organismo natural con la tecnología para convertirse en una especie más avanzada.

Una mujer biohacker se implanta 50 chips en su cuerpo

El blog de esta mujer se llama “Sapiens Anonym” y en su descripción asegura que su mundo se convirtió en “un laberinto de placas de metal, puertas lógicas y opiáceos”. Considera que no tiene género ni rostro, por lo que adora el transhumanismo, que es la condición a la que puede llegar si alcanza una transformación total gracias a la tecnología.

Uno de los libros que ha marcado influencia en ella es “Neuromante”, el cual traslada a un futuro donde la tecnología tiene un impacto negativo en las costumbres sociales y culturales de los seres humanos. Por ello, se busca avanzar más allá de la teoría y de forma práctica hackear los sistemas biológicos con distintos dispositivos, entre ellos los chips.

La primera operación que esta mujer se realizó fue en el 2007. En ese entonces se implantó en la palma de la mano un chip digital que le serviría para pagar en cualquier lugar en vez de utilizar una tarjeta de crédito.

Lo hizo sin asistencia medida y sin anestesia, lo que llevó a que el proceso fuera más doloroso de lo normal. Después procedió a insertarse imanes en los dedos que se activan por intermedio de sensores infrarrojos.

Otra de las operaciones dolorosas ocurrió en 2019, período en el que se colocó una caja pirata en la parte superior del brazo derecho, con la intención de conectarse con un smartphone u ordenador para chatear de forma anónima o cargar archivos. Fue muy duro el momento, pero además, en una ocasión se golpeó el implante con la puerta de un taxi, lo que llevó a que el miembro se irritara e inflamara, obligándola a ir a un centro médico.

Asegura que su intención no es hacerse famosa, sino que su experiencia sirva de guía para que otros realicen experimentos más adelante. Su página ha recibido la visita de cientos de miles de personas, convirtiéndose en una referencia dentro de la rama del transhumanismo “práctico”, que tiene muchos detractores, pero se ha hecho muy popular por quienes tienen curiosidad en explorar lo desconocido.

Un ejemplo extremo de transhumanismo; una corriente que cada vez gana mayor popularidad

Las raíces de esta corriente se encuentran en la literatura cyberpunk, al igual que en películas y videojuegos, con su propia jerga y forma de comunicarse. Muchos se quedan solamente en el lado teórico, con investigaciones para profundizar sus conocimientos. Pero otros como Anonym van más allá y llevan todo eso a la vida real y cotidiana.

La mujer asegura que creció en un momento donde la tecnología estaba presente en la vida de todos y se dio cuenta que tenía muchos potenciales para ayudar a mejorar a las personas. Indica que lo ha tratado de hacer en pequeña escala para difundir el conocimiento.

Alexander Thomas, que forma parte de la Universidad de Londres, sostiene que el transhumanismo es la revisión de la naturaleza de la humanidad para servir mejor a sus fantasías. Tal vez incluya tener algunas libertades que no se tienen hasta ahora, valiéndose de la biotecnología, la nanotecnología, la ciencia cognitiva y la tecnología de la información.

Por otra parte, el periodista irlandés Mark O’Connell afirma que los transhumanistas buscan transformar la naturaleza humana para garantizar el máximo desarrollo. Ellos consideran que es un deber pasar a la transformación. Al mismo tiempo, el médico francés Laurent Alexandre asegura que la tecnomedicina ya no es una opción, sino una verdadera necesidad.

Por su lado Marc Roux, presidente de la Asociación Francesa Transhumanista, considera que el transhumanismo se afianzó cuando los investigadores se dieron cuenta que gracias a la tecnología se pueden mejorar los procesos biológicos, por lo que se han creado muchas investigaciones para frenar el envejecimiento o los implantes cerebrales.

Mientras tanto, el movimiento que ha ganado algunos adeptos, reclama la posibilidad de realizar experimentos basados en prótesis, implantes y técnicas que ayude a las personas con problemas graves o crónicos a mejorar su calidad de vida, en enfermedades de la vista o los oídos.

Los que se oponen a estas tendencias aseguran que lo mejor es reflexionar en el lugar que deben ocupar las tecnologías en la vida del ser humano, ya que todo esto no está al alcance de la mayoría de las personas, porque es un privilegio al que tienen acceso los millonarios y es probable que con ello ganen mucho más.

Edouard Kleinpeter, ingeniero del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, cree que las creencias transhumanistas se basan más en el concepto material del cuerpo.

Para ellos no hay ninguna diferencia entre un chip y el cerebro. Se rechaza la fragilidad de los seres humanos y de la sociedad que estos componen. Razón por la que muchos piensan que es mejor ocuparse de las necesidades reales y no de las que no representan garantía.