¿A qué se debe la obsesión con los coches eléctricos si los de hidrógeno son claramente la opción más ecológica? El dinero sigue mandando

Los coches de batería y los de hidrógeno son para muchos la solución perfecta mirando el futuro, ya que garantizan el traslado compaginado con la protección del medio ambiente. Pero todavía ambos deben solucionar los desafíos que tienen ante sí, como la cantidad de unidades disponibles y los costos implicados en la producción.

Son diversas las razones por la que los vehículos eléctricos tienen una amplia aceptación en el mercado, pero los de hidrógeno aparecen como una opción más ecológica, así que en la medida que aumenten las empresas interesadas en su fabricación y la tecnología sea accesible, estos proliferarán y contribuirán a equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como neutralidad climática.

Todos quieren que te compres un coche eléctrico de baterías porque “es más verde”

El principal argumento que tienen los defensores de los coches eléctricos está en que en su uso no emiten gases contaminantes, aspecto que sí es relevante en los de combustión, los cuales liberan entre otras cosas óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos de plomo e hidrocarburo.

Así, estos coches ahora tienen presencia significativa en las carreteras y en países como España, las ventas se duplicaron en 2021. Además, muchos investigadores sostienen que son más eficientes y respetuosos del medio ambiente, con un rendimiento mayor al 4% en cuanto a la electricidad que un auto tradicional e indican que es capaz de rodar la misma distancia que uno de combustión y consumir sólo dos tercios de energía.

Y un elemento que muchos valoran, en medio de los costos que pueda tener en el mercado un coche eléctrico, es que el gasto por combustible es nulo, lo que se traduce en un ahorro adicional. Lo que recomiendan es cambiar la batería al cumplir su ciclo de vida, ya que esto les ayudará a que funcionen con energía más limpia.

La falacia de “ser parte de la solución y no del problema” que hay detrás de los coches eléctricos

Ahora bien, aunque tienen sus ventajas, también hay que analizar otros elementos relacionados con los coches eléctricos. Un aspecto destacado es que su fabricación es muy contaminante y que al llegar al concesionario han producido hasta 70% más de emisiones que uno de combustión, ya que se utilizan materiales como el aluminio, según se desprende de un estudio publicado por la compañía Volvo.

La nota también asegura que otra parte de la contaminación viene en la fabricación de las baterías de ion de litio, que generan entre 14 y 18 toneladas de CO2. Esta afirmación es respaldada por el científico Christoph Buchal, quien alega que en el proceso de elaboración de los acumuladores se tiene un alto consumo de energía al mezclar otros dos componentes, como lo son el cobalto y manganeso.

La contaminación de un coche eléctrico en fase de producción equivale a la que emite un coche a combustión en 2 años de uso.

Ese no es el único estudio que va en contra de las políticas de algunos gobiernos de calificar los vehículos eléctricos como de emisión cero. La Agencia Europea de Medio Ambiente aseguró que el impacto en cuanto a las emisiones es un 25% mayor al producir un vehículo eléctrico y su batería que fabricar uno de combustión, aunque esos datos se revierten al darles uso, porque ruedan en silencio y sin liberar ningún tipo de emisiones a la atmósfera.

Otro tema que ha dejado en evidencia a los coches eléctricos al relacionarlos con la ecología es la fuente que utilizan para cargarse. Para lograr la descarbonización es necesario que el tipo de energía sea limpio, no depender de los combustibles fósiles sino de paneles solares o hidrotérmicos. Para que esto funcione, los sistemas de generación tienen que crecer, ya que la media en todo el mundo es de solo el 20%.

Los coches de hidrógeno; una revolución que pone en jaque a las industrias de hidrocarburos

La nueva tendencia en cuanto a vehículos eléctricos es que sean movidos por hidrógeno y tiene la diferencia con respecto a los de batería que no deben enchufarse para tomar carga, más bien cuentan con unos tanques que mezclan el gas con el oxígeno y así generan el movimiento de acuerdo con las distancias que se requieran.

Hay que recalcar que no sirve cualquier tipo de hidrógeno, sino aquel que viene de energías renovables tales como el agua para que pueda funcionar el proceso de electrólisis, un procedimiento que los expertos catalogan “viable y factible” a nivel ecológico. Las emisiones que produce son cero, ya que lo que sale por su tubo de escape es vapor de agua.

Resulta increíble que esta tecnología no haya tenido la promoción que si han tenido los coches a batería de litio.

Una de las ventajas de estos coches es que se cargan en muy poco tiempo, estimándose unos cinco minutos y los centros de recarga son similares a las estaciones de servicio de gasolina o gasoil. Una vez que están cargados, tienen una autonomía de hasta 600 kilómetros, aunque lo recomendable es revisarlos tras sobrepasar los 400 km.

Comercialmente las opciones son muy pocas, sin embargo vale destacar que no contaminan al circular, ofrecen ventajas fiscales y traen una etiqueta que indica que no emiten ningún gas. Ya hay varias marcas que se han interesado en su fabricación, entre las más reconocidas están Toyota, Hyundai, Peugeot, BMW y Land Rover.

Desde julio de 2020 se estableció la Alianza Europea del Hidrógeno Limpio, con lo que se pretende impulsar y apoyar iniciativas relacionadas con este tipo de energía, que tal vez no ha recibido tanta publicidad porque representa un impacto grande para las industrias de gasolina y gas, que serían las grandes perjudicadas en cuanto a ganancias una vez que se instauren estos nuevos mecanismos.