¿Somos más apuestos que antes? La tecnología de reconstrucción forense nos muestra cómo eran los rostros del medioevo

Científicos escoceses revelaron a finales de septiembre ilustraciones que representan a tres individuos, cuyos cuerpos formaban parte de uno de los archivos arqueológicos más grandes e importantes de ese país. Con tecnología avanzada han sido capaces de mostrar, no solo una imagen sino hasta un vídeo de cómo podrían verse estas personas cuando aún estaban vivas.

Esta revelación forma parte de un proyecto en curso que busca develar la historia genética de Escocia. Por lo tanto, es posible que observemos nuevos vistazos del pasado próximamente y tendremos mucho material para comparar con el presente, mientras tratamos de descubrir qué tanto hemos cambiado en un milenio.

Reconstruyen  con tecnología forense cómo eran los rostros medievales

La localidad de Whithorn en Galloway, Escocia, ha alojado numerosas expediciones arqueológicas a lo largo del último siglo, resultando en una colección de más de 50,000 muestras entre residuos biológicos y artefactos. Muchos de estos han sido legados al Centro de Investigación Ambiental de las Universidades Escocesas, como parte de un proyecto llamado Cold Case Whithorn.

Este proyecto pretende analizar algunos de los numerosos restos humanos provenientes del área, e intentar tener un archivo genético e histórico del país aún más completo. Después de tres años de diligente investigación, importantes avances han sido compartidos en un artículo del sitio web de la Universidad de Bradford.

El texto explica cómo fueron capaces de tomar cadáveres de hace 800 años y traducir sus restos a material visual que nos permita aproximar -esperemos que de forma acertada-, cuál solía ser su aspecto. Se trata de dos hombres y una mujer, todos adultos, que fueron enterrados por aquella época a los alrededores del priorato de Whithorn y descubierto en una de las muchas excavaciones de la zona.

Los descubrimientos en Whithorn son invaluables, el suelo ha preservado distintas capas que cuentan la historia de la región, en las más antiguas se han encontrado los restos de chozas redondas que son tan primitivas como sólidas. Después, asentamientos de tribus norteñas (posiblemente vikingos), y en las capas más recientes la historia de la llegada del cristianismo y las memorias de un pueblo devoto.

Los cuerpos que inspiraron las reconstrucciones fueron encontrados en una capa que pertenece a la era de la cristiandad y precisamente se trata de un obispo, un clérigo con una condición en el labio y una joven mujer de alto estatus.

Del obispo, se descubrió por el estudio de sus huesos que mantenía una dieta alta en pescado, al igual que los demás obispos enterrados cerca y era un hombre obeso. También se encontró que no era nativo de la localidad, probablemente fue asignado allí en algún punto de su carrera. Su muerte ocurrió en el 1235 dC y todos estos datos más el anillo de oro y el cetro de madera que llevaba ayudaron a identificarlo como el obispo Walter de Whithorn.

En cuanto al clérigo, se infiere su estatus debido a que está enterrado cerca del altar de la catedral y se encontraba junto a personajes elitistas, pero lo curioso es que su dieta y sus arreglos funerarios sugieren una clase mucho menor así que en realidad es todo un dilema para los investigadores.

La reconstrucción de su rostro muestra el labio y el paladar hendidos, una condición que se genera durante el embarazo, es decir, que desde su nacimiento tuvo una marca en el rostro que lo diferenciaba del resto y una época tan supersticiosas esto probablemente habría significado una maldición.

Las historias del hombre con el labio hendido y la mujer desconocida han despertado tanta curiosidad que, como parte de un evento nacional para celebrar la historia de Escocia, se ha realizado un concurso con relatos cortos acerca de estos dos personajes.

La mujer joven murió en sus 20 y también representa algunos retos. El antropólogo forense que trabajó en las animaciones declaró que de entre todas sus obras, el rostro de ella es el más simétrico que han encontrado, por lo cual, debió ser muy hermosa. Esta estaba enterrada sobre una capa de conchas marinas, pero se encontraba entre personas de menor estatus, así que es difícil saber con seguridad qué nivel social tenía.

Todo esto y más fue revelando durante un evento titulado ‘Bishops, Bones, and Burial’ en el Festival del Libro de Wigtown. Y más tarde llevado al texto para la página oficial de la Universidad de Bradford.

¿Cómo han cambiado nuestros rostros en la actualidad?

Es impresionante lo mucho que podemos descubrir estudiando huesos de hace siglos. Los tres cuerpos fueron descubiertos hace décadas, pero no fue hasta años recientes que la tecnología avanzó lo suficiente como para proveernos retratos tan precisos. Y al ver rostros humanos tan realistas es natural compararlos con las apariencias modernas.

Pero para hacerlo hay que tener en cuenta que muchas cosas han cambiado desde aquellos tiempos, no mucho nuestro código genético, pero sí los factores que afectan la forma en que se manifiestan los genes y también, muchos eventos han ocurrido en el entorno que afectan la apariencia estética.

Por otra parte, la edad media fue un periodo bastante largo en el que se dieron transformaciones de todos los aspectos, desde el estilo de vida hasta las normas sociales que regían la belleza. Es decir, diferentes etapas generarían diferentes aspectos.

En una época de prosperidad y bonanza, una mujer de clase alta habría resultado sumamente hermosa, mientras que en los tiempos de guerra y plagas las pieles pálidas, los cuerpos esqueléticos y las deformaciones eran más que comunes.

En aquella época muchas enfermedades o lesiones no tenían cura y dejaban marca de por vida si no acababan directamente en la muerte, las dietas eran mucho más restringidas, sobre todo para los obreros, y los enfrentamientos entre las diferentes poblaciones dejaban muchos heridos y mutilados. Además, el acceso a los conocimientos y recursos higiénicos era escaso, a veces incluso para las clases altas.

En general, para saber si una persona de la edad media era más atractiva que nosotros, tendríamos que elegir una muestra particular, de una zona geográfica, clase social y periodo cronológico específico, realizar una reconstrucción facial y decidir si nos parece que nos supera en apariencia.

Lo que sí sabemos es que la mujer desconocida encontrada en Galloway sobre conchas de mar, probablemente sería considerada muy hermosa por quien la viera, pues los rostros simétricos nos resultan atractivos por naturaleza.