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ChatGPT no ha parado de recibir elogios desde que fue lanzado oficialmente. De momento, la aplicación está disponible gratis, lo que ayuda a todo el mundo a explotar al máximo su potencial. Sin embargo, un reporte publicado por el medio Time deja ver que, detrás de su enorme capacidad, se esconde la explotación de miles de kenianos.
Los trabajadores de la contratista encargados de pulir el funcionamiento de la inteligencia artificial que utiliza este chat fueron contratados en condiciones que pusieron en peligro su salud mental y, además, con salarios muy bajos, aun si tuvieran una mejor capacitación que sus compañeros. Con esta historia, de nuevo se repite el comportamiento de las grandes tecnologías, en el que no valoran el trabajo de los héroes anónimos.
ChatGPT fue desarrollado por cientos de empleados mal pagados
Cuando nos conectamos para utilizar cualquier herramienta tecnológica y esta ejecuta sus funciones a la perfección, es porque detrás de ese proyecto estuvieron miles de personas subcontratadas de Asía y África. Los pagos que les asignan por sus tareas no se corresponden con la responsabilidad que tienen, ni tampoco con el desempeño que las aplicaciones tendrán en el futuro. Una muestra de lo anterior es lo que ocurrió en el proceso de aprendizaje de ChatGPT.
According to an investigation by Time, @OpenAI paid Kenyan workers less than $2 per hour to filter through tens of thousands of lines of text to help make ChatGPT safer to use. https://t.co/vgZfujVcQN #openai
— Analytics Drift (@AnalyticsDrift) January 20, 2023
Para completar el aprendizaje automático y conseguir que se eliminaran la mayor cantidad de sesgos y elementos dañinos, los directivos de OpenAI contrataron a la empresa Sama, que maneja a miles de trabajadores de Kenia, Uganda e India. El trabajo que tendrían los hombres y mujeres de todas las edades era etiquetar los datos de manera que estos fueran seguros para el consumo público. Tenían que detectar todo el contenido tóxico y eliminarlo de la plataforma, una tarea ardua, que requiere tiempo y dedicación.
De acuerdo con los datos que proporciona TIME, el salario neto que recibió cada uno de los trabajadores estuvo entre 1,2 y 2 €. Pero eso no es todo, las condiciones de trabajo revelan otro lado oscuro. Uno de los hombres que pasó varios meses en las oficinas dijo que leer cometido sexual explicito le causó una gran tortura mental. Y es que uno de los contratos establecía etiquetar descripciones de abusos, violencia y discursos de odio.
En respuesta, la compañía explicó que tenían disponible las 24 horas profesionales de la salud y terapeutas que les brindaban la atención necesaria. Dicen que se toman muy en serio el bienestar de cada trabajador y que les piden lo mismo a las contratistas que les prestan servicio. Sin embargo, los datos e investigaciones revelan todo lo contrario.
La explotación y esclavitud moderna abunda en el sector tech
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No son pocas las historias que se conocen en el mundo de las empresas tecnológicas similares a la de OpenIA. En el 2021 se destapó un escándalo que salpicó a los principales ejecutivos de Google, muchos de los cuales fueron despedidos de sus puestos. Aunque con el pasar de los años ha sido calificada como una de las mejores compañías para trabajar, existen condiciones laborales que limitan el bienestar y tranquilidad de los empleados. El problema no va tanto en los sueldos, en especial de los trabajadores fijos, sino de los acosos y abusos sexuales que en la mayoría de los casos quedan ocultos.
⚠️ Hoy es el Día Internacional para el recuerdo del comercio de esclavos y su abolición. Según datos de la OIT un total de 40,3 mill. de personas sufren formas modernas de esclavitud. De ellas 24,9 millones son víctimas de trabajo forzoso (incluyendo explotación laboral y sexual) pic.twitter.com/5IAnfb0xEg
— Cooperación Española (@CooperacionESP) August 23, 2022
Un ex trabajador de Google, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo que aunque recibes muchas de las cosas que siempre has soñado, te quitan lo que realmente importa. Otro que fue consultado expresó que falta mucho compañerismo, ya que los debates objetivos son escasos y a casi nadie le interesan las opiniones de los demás. Si tienes algún problema o desacuerdo está prohibido quejarse, hacerlo te puede costar el puesto o estar señalado el resto de tus días en la compañía.
En épocas más recientes, el auge de la inteligencia artificial ha llevado a que miles de trabajadores sean explotados. Una investigación realizada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts muestra como el etiquetado de datos se aprovecha de las condiciones económicas de los países pobres para obtener mano de obra barata. Se busca que las personas identifiquen imágenes, vídeos y fotos manualmente. Aportan el trabajo grande a cambio de pagos muy bajos, esos que nadie acepta en las ciudades ricas del mundo.
Al principio, un etiquetador podía recibir 60€ al día de acuerdo con la cantidad de horas que dedicara a las tareas. En el 2023, la realidad es que apenas supera los 10€, pero las personas están dispuestas a hacerlo por la escasez de trabajo. Hay quienes pasan 20 días sin descanso para lograr ganar lo más que puedan y así llevar la alimentación a su casa o cubrir algunas de las necesidades básicas. Es una muestra a gran escala de la explotación laboral que se vive en el siglo XXI.
En un artículo publicado por la BBC años atrás se sacó a la luz pública la forma degradante en la que trabajan empleados subcontratados de Apple en China. Un periodista se infiltró durante casi tres semanas como si fuera un trabajador más y fue testigo de las malas condiciones en las que pasan meses sin un día libre y jornadas largas sin descansar tan solo un momento. Antes, se había conocido de suicidios, disturbios y distintos problemas entre los trabajadores y agentes externos.
De acuerdo con un informe, en el 2021 unos 50 millones de personas vivían en condiciones de esclavitud moderna. Un gran porcentaje de estos deben someterse a trabajos que violan sus derechos, vinculados en su mayoría al sector privado. En ese grupo están los que prestan sus servicios tercerizados a las empresas tecnológicas. No tienen un contrato ni aparecen en nómina, pero al final son los que hacen posible que muchos de los inventos que nos facilitan la vida funcionen sin problema.