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Un estudio publicado en la revista Nature y Scientific Reports indica que investigadores de la Universidad de Kindai, en Japón, lograron traspasar núcleos celulares de un mamuts a las células de unas ratas y observaron que mostraban actividad biológica. Consideran que el hallazgo es un paso trascendental para el regreso de estas especies.
No es la primera vez que se trae este tema a la palestra. En septiembre del 2021, una empresa estadounidense anunció que trabajaba en la recuperación de los mamuts que ahora mismo están en extinción. Para ello emplean técnicas avanzadas de manipulación genética, noticia que desató la polémica dentro de la comunidad científica, debido a que muchos ven riesgosa la aplicación de esta medida.
La ciencia invierte millones en revivir las células muertas de un mamuts en ratas de laboratorio
Las células utilizadas por los científicos japoneses se extrajeron de un ejemplar que data de 28.000 años y que ha sido bautizado como Yuka. Igualmente, compararon el ADN con varios elefantes para valorar las similitudes que ambas especies tienen. Después, aislaron los núcleos menos dañados para proceder a la resurrección celular.
Las piezas claves que se extrajeron fueron la médula ósea y el tejido muscular. Después se inyectó en óvulos de ratones y fue donde se observó el proceso de división celular, que suele ocurrir de forma natural en las criaturas vivas. Así mismo, encontraron que en algunos casos es posible reparar el ADN que se ha dañado.
Desde hace más de una década se invierten millones en ingeniería genética para intentar revivir especies extintas para convertirlas en un negocio.
Kei Miyamoto, quien forma parte del equipo de investigación, sostiene que este es un avance importante para la resurrección de los mamuts, aunque está consciente que todavía queda un largo camino por recorrer. Asegura que el próximo paso es trabajar en la división celular para obtener nuevos resultados.
Los científicos japoneses trabajan de forma conjunta con una institución rusa en la clonación de las células somáticas. Es un trabajo lento, meticuloso y en el que se invierten millones de euros con la vista puesta en detener el cambio climático al igual que mejorar otras especies animales, como por ejemplo al eliminar las enfermedades que las atacan.
Estamos obsesionados con revivir especies extintas pero no por salvar las que tenemos ahora mismo en peligro
Uno de los proyectos para recuperar especies como los mamuts que lleva adelante la empresa Colossal tiene un costo de 14 millones y medio de euros. Ellos tienen la meta de rentabilizar la tecnología que desarrollan y poder patentar las que sean revividas.
Sin embargo, Alex Godoy, director de Centro de Investigación en Sustentabilidad UDD, sostiene que hay que clarificar cuál es la intención de estos proyectos más allá de la inquietud intelectual y asegura que por el momento todas las metas son un supuesto, refiriéndose a que no hay certeza de que los problemas que vaya a solucionar sean reales.
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Entre tanto, Patricio Olguín, quien es doctor en Ciencias Biomédicas cree que esos recursos deben ser invertidos en problemáticas mucho más importantes que en traer de vuelta animales a un planeta que no podrán soportar. Aparte se preguntó cuál será el riesgo que los mamuts representarán para el actual ecosistema.
Mientras siguen las luchas por revivir células de estas especies antiguas, cada día crece la lista de animales en riesgo de extinción. Un estudio presentado por BBVA asegura que el 8% de las razas se han extinguido y un 22% están en peligro de desaparecer, con cifras que tienden a crecer en las próximas décadas.
Por otro lado, el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de 2019 de IPBES, asegura que unas 35 especies están en peligro de extinción, siendo un 40% anfibios, 26% mamíferos y 14% aves. La principal causa es el cambio climático sumado al mal uso de los recursos del mar y la tierra, al igual que la contaminación del planeta.
Para evitar que esas especies desaparezcan se requiere mucha inversión. Según un estudio publicado en la revista Current Biology, hacen falta 1.200 millones de euros cada año aparte de una financiación extra de 150 millones a los espacios en los que se rescatan animales. Es un elemento vital, pero al parecer el enfoque se ha desviado a otros aspectos.
Desde hace años se efectúa la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, con la que se busca revitalizar el empeño de los estados por proteger el ambiente y todas las especies que forman parte del ecosistema. Sin embargo, los peligros son cada vez más altos, motivado a las acciones que el propio ser humano realiza, que no ayudan a mantener en pie el planeta.
Hace un tiempo, Volkan Bozkir aseguró que los objetivos que se han planteado en este encuentro no se han cumplido y destacó que con palabras y buenas intenciones no es suficiente. Esto deja claro que es necesario más acción y menos discursos, como lo expresó Marco Lambertini, director general de WWF-International quien dijo que los compromisos asumidos deben ser respaldados por acciones inmediatas.
Para ello se puede tomar en cuenta las conclusiones del estudio Tackling Biodiversity & Climate Crises Together and Their Combined Social Impacts, quienes sugieren al menos seis medidas que se deben aplicar desde ya, entre ellas detener la degradación de los ecosistemas, restaurar los que son ricos en carbono, aumentar la creación de áreas protegidas y cambiar los patrones de consumo.
Si se desea que estos objetivos se consigan, es necesario que exista una cultura conjunta, donde cada quien ponga su grano de arena y que sobre todo se inviertan los recursos necesarios para proteger el planeta.