Tu laringe es lo único que permite que hables a diferencia de otros primates y especies humanas del pasado

Un nuevo estudio científico ha dado luces de la razón por la que los humanos hablan de forma clara y fluida comparada con algunos animales, que si bien producen sonidos, no pueden hacer la coordinación completa para generar palabras y frases que completan un lenguaje.

Los investigadores analizaron el comportamiento vocal de chimpancés, gorilas, orangutanes, gibones, macacos, guenons, mandriles, capuchinos, tamarinos, titíes y titis. Después de años de estudios, concluyen que no todo depende de la inteligencia sino del funcionamiento que tiene la laringe humana, la cual es diferente a la de los animales investigados.

Una simple evolución de la laringe es lo que permite que los humanos hablemos a diferencia de los monos

El habla se produce gracias al aire que sale de los pulmones. Estos impulsan el aire de la tráquea hacia la laringe, en la que hay dos pliegues musculares llamadas cuerdas vocales, que son las que al final generan el sonido. Al hablar, los músculos presionan las cuerdas, que al vibrar permiten que lo que se dice lo puedan escuchar los demás.

Los animales carecen de esta estructura anatómica, por eso aunque realizan fuertes sonidos son incapaces de generar de forma coherente palabras y oraciones, lo que marca la gran diferencia con respecto a los seres humanos. Por ello, el primatólogo Takeshi Nishimura asegura que ese rango impide que las vibraciones se originen con precisión, si bien los no humanos hagan llamadas más agudas.

Jacob Dunn dice que la anatomía de la lengua y la laringe es similar al momento de transformar el aire en sonidos. Pero hay una parte del cerebro que se relaciona con las vocalizaciones y el repertorio de palabras que tienen. Por ello, aunque puedan comprender algunas partes del idioma, los animales son incapaces de controlar de forma voluntaria su lenguaje vocal.

¿Cuándo apareció nuestra laringe por primera vez?

La laringe está en el ser humano desde el nacimiento y forma parte tanto de los varones como de las hembras. El crecimiento es el mismo hasta los 5 o 6 años, aunque suele crecer un poco más rápido en el hombre. A medida que aumenta, las cuerdas vocales se alargan y producen tonos bajos y gruesos.

Se ubica en la línea anterior al cuello, delante de la faringe y se extiende hasta la tráquea. Cuando se tiene alguna patología, esta influye en la voz y causa disfonía. A lo largo de la vida se ve afectada por los cambios hormonales, lo que hace variar el tono con el que se comunican las personas.

En el caso de los niños, se encuentra por naturaleza en un lugar elevada, con el pasar de los primeros años comienza a descender hasta que llega a la etapa adulta, que es donde logra su posición definitiva. Cumple tres funciones claves, que son la respiración, deglución y fonación.

Según Rogelio Chavolla Magaña, secretario académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, la laringe es el órgano que da vida a la voz y al canto. Es uno de los pocos órganos de los cuales no es posible realizar un trasplante. Además, Platón la definió como un impacto del aire que llega por los oídos al alma y otros la han llegado a comparar con la flauta.

Finalmente, los científicos sostienen que la simplificación de este órgano se dio en el Australopithecus, que apareció por primera vez en África hace 3,85 millones de años, según los estudios que ha publicado en días recientes la revista Science.