La Inteligencia Artificial puede vulnerar las contraseñas más comunes en menos de 1 minuto

La inteligencia artificial se ha convertido en una poderosa herramienta para descifrar contraseñas débiles en cuestión de segundos. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden detectar patrones y realizar billones de intentos de forma ultrarrápida para vulnerar claves de acceso frágiles.

Uno de los puntos más débiles que explota la IA son las contraseñas basadas en información personal del usuario. Por ejemplo, es muy común que las personas utilicen sus fechas de nacimiento, nombres de hijos o mascotas, números de documentos de identidad y otros datos similares. La IA puede hacer suposiciones precisas sobre estos detalles y probar incontables combinaciones en apenas unos instantes.

La IA puede predecir con facilidad las contraseñas débiles

La inteligencia artificial ha demostrado ser extremadamente efectiva para descifrar contraseñas vulnerables en cuestión de segundos. Esto se logra mediante la combinación de dos capacidades fundamentales: el reconocimiento de patrones y la computación de fuerza bruta a alta velocidad.

En primer lugar, los algoritmos de IA pueden detectar patrones que los humanos utilizamos inconscientemente para crear contraseñas. Por ejemplo, fechas de nacimiento, nombres de hijos o mascotas, repetición de caracteres, secuencias simples de números y letras, como “12345”, “abcdef” o “qwerty”.

Incluso agregando un carácter especial o mayúscula, estas claves son muy vulnerables a los ataques de fuerza bruta potenciados con IA. También son habituales las repeticiones de letras o números y los patrones basados en la distribución del teclado. Nuevamente, los algoritmos pueden identificar rápidamente estos esquemas.

Según expertos en ciberseguridad, las cuentas que utilizan contraseñas fáciles de detectar tienen un 94% de probabilidades de ser vulneradas.

En segundo lugar, la capacidad de procesamiento abrumadora de la IA le permite realizar ataques de fuerza bruta a una velocidad inalcanzable para los humanos. Mientras que a una persona le tomaría años crackear contraseñas probando todas las combinaciones posibles, la IA puede lograrlo en cuestión de segundos debido a su velocidad ultrarrápida.

Además de la información personal y las secuencias lógicas, otro factor de riesgo es la reutilización de contraseñas en múltiples cuentas. Si se filtra la contraseña de una cuenta, los hackers poco éticos pueden probarla en otras plataformas y servicios. La IA acelera enormemente esta tarea al automatizar las pruebas a gran escala.

Por el contrario, las contraseñas genuinamente complejas con combinaciones aleatorias de minúsculas, mayúsculas, números y símbolos tienen muy pocas probabilidades de ser descifradas incluso por la IA más avanzada. El problema es que este tipo de claves son difíciles de memorizar para los humanos.

¿Qué recomiendan los expertos al elegir una contraseña segura?

Es por esto que los expertos recomiendan proteger los datos personales a través de externalizar la generación y almacenamiento de contraseñas a través de administradores de contraseñas. Estas herramientas crean y guardan credenciales únicas y robustas para cada cuenta del usuario. Así se elimina la necesidad de que las personas memoricen decenas de contraseñas altamente complejas.

También es clave activar la verificación en dos pasos o doble factor de autenticación cuando los servicios lo permitan. De esta manera, además de la contraseña se requerirá un segundo factor como un código temporal o biometría para acceder a la cuenta. Esto dificulta enormemente el trabajo de los hackers y su IA asociada.

En definitiva, la conciencia y buenos hábitos de los usuarios marcan la diferencia frente a los cada vez más sofisticados métodos de ataque cibernético. Si bien la IA multiplica el poder de fuego, contraseñas realmente únicas y robustas siguen siendo la mejor defensa. Complementadas con doble autenticación y un administrador seguro, se vuelven un reto casi inexpugnable incluso para la IA más avanzada.