Así sería la colisión de un asteroide masivo en la Tierra según la NASA ¿Qué meteoritos representan un riesgo para el planeta?

En noviembre de 2021, la NASA realizó el lanzamiento de la misión DART (Doble Prueba de Redirección de Asteroides), la cual permitirá descubrir las posibilidades de alterar la trayectoria de un meteorito o cometa con dirección a la Tierra, esto como una defensa planetaria. Se espera que, para finales de septiembre de 2022 este colisionando a 6 kilómetros por segundos contra Dimorphos.

Dimorphos, es un pequeño asteroide que gira en torno a un mucho más grande llamado Didymos. Este plan permitirá saber si estos sistemas de defensas son seguros a la hora de que un asteroide quiera chocar contra nuestro planeta en un futuro. Hasta ahora, no se conoce ningún meteorito que se dirija a la Tierra, pero esto es algo que puede cambiar en cualquier momento, por lo que la NASA cree que estar prevenidos será la mejor defensa.

La NASA simula el impacto de un asteroide en la Tierra

De generarse el impacto de un asteroide con la Tierra podría generar el fin de la humanidad, ya que esto traería consigo una gran cantidad de desastres naturales como la formación de tsunami al momento que las rocas producidas por los millones de meteoritos comience a caer en la superficie marítima, seguida de una completa oscuridad.

Si esto sucede, todas las plantas y vegetación dejaría de crecer acabándose así la vida vegetal. Con el paso de los días los animales y los humanos también morirían. Los meteoritos caería al suelo terrestre en forma de llamas, por lo que destruirán todos los lugares y acabaría con edificaciones y la vida de miles de millones de personas. De producirse un evento como este podría iniciar la extinción de la vida humana.

Es por ello que un grupo de expertos ha resaltado la importancia de actuar en el futuro ante un desastre natural como este. Por suerte, se cree que la humanidad es capaz de prevenir estas catástrofes con mucha precisión. El objetivo de la misión DART es alterar la órbita del cuerpo más pequeño del sistema binario de asteroide.

El mismo contará con un mini satélite que posee una cámara que empezará a grabar unos días antes del evento, por lo que se podrá registrar el acontecimiento para que los científicos puedan concluir si esta estrategia es válida o no para prevenir una colisión a futuro. A todo esto, se le ha llamado ‘impacto cinético’.

Al momento que la sonda DART se estrelle contra el asteroide binario,  este alterará su velocidad en medio milímetro por segundo, un tiempo suficiente para modificar el periodo de rotación hasta en 10 minutos. Se trata de una técnica muy similar a la utilizada para detectar los exoplanetas.

El asteroide Dimorphos se encontrará a unos 11 millones de kilómetros de la Tierra al momento del impacto, a medida que se acerque la nave esta aumentará su velocidad gracias a su motor iónico. Esto permitirá maximizar el efecto del choque frontal, encontrándose así a esta roca en contramarcha. Al aumentar la velocidad de DART, esta alcanzará velocidades muy altas, las suficientes para que el choque se produzca de forma exitosa.

Después del impacto, lo único que debería sobrevivir sería el mini satélite con la cámara de grabación, la cual permitirá capturar todas las imágenes de este evento para después ser estudiadas y analizadas. Si esta misión corta tiene éxito, entonces la NASA podría empezar a diseñar planes de defensas planetaria ante la posible llegada de meteoritos de mucho más tamaño en un futuro, una manera de evitar la destrucción del planeta Tierra.

In 2022, our DART mission will test a new asteroid deflection technology. The target — a small moonlet posing no threat to Earth — is now named “Dimorphos,” reflecting its status as the 1st celestial body to have the form of its orbit changed by humanity: https://t.co/DhPz9xjFZi pic.twitter.com/10WoWpzQwv

— NASA (@NASA) June 23, 2020

Estos son los meteoritos más peligrosos para la vida en la Tierra

Hasta el momento se han descubierto alrededor de 22.000 asteroides cuya órbita pueden pasar muy cerca de la Tierra. Sin embargo, para que cualquiera de ellos pueda ser considerado peligroso, es necesario que supere los 140 metros de diámetro y pueda aproximarse a menos de 10 millones de kilómetros, quizás llegar a unos 5.000M Km para activarse la alerta planetaria.

Por ahora, no hay peligro de la aproximación de ninguna de estas rocas por lo menos en los próximos 50 años. Sin embargo, si existe una lista de asteroides peligrosos para la vida en la Tierra y que la NASA estudia de forma frecuente para hacer un seguimiento de su comportamiento. ¿Qué pasaría si alguno de estos meteoritos colisionara con nuestro planeta?

Uno de ellos ha sido el asteroide 2007 KE4, el cual se cree que tiene aproximadamente 30 metros de diámetro y se estima que podría impactar en la Tierra en 2077. De ser así, por su tamaño podría causar daños considerables si impacta en una región habitada.

Otros de los posibles choques se podrían generar para en 2027, en este caso se trata de 2008 JL3, un asteroide de 30 metros de tamaño y que se acercará varias veces a nuestro planeta en los próximos 100 años, su mayor acercamiento será en 5 años.

“Por su movimiento relativo en la Tierra, se puede ver cada 20 años. No se ha podido observar desde su descubrimiento en 2008. Si tenemos suerte en 2027 lo veremos ya que su órbita será grande”

Juan Luis Cano, del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra de la ESA

Hasta el momento, el objetivo más grande detectado ha sido el C/2014 UN271, el cual también tiene dirección hacia la Tierra desde la nube de Oort. Tiene un diámetro de 136 kilómetros, lo que lo convierte en el asteroide más grande jamás visto y se espera que en los próximos 100 años pueda llegar a nuestro planeta, aunque la NASA cree que las posibilidades de que esto suceda son muy bajas.

Por último, encontramos al RF12, el cual tiene 8 metros de diámetro y su impacto potencial se predice para 2095. Por lo que se tiene mucho tiempo para buscar una respuesta efectiva. Se estima que esta roca pasará muy cerca de nuestro planeta por lo que puede convertirse en objeto de estudio para nuevas técnicas de destrucción o desvió de estos meteoritos.