¿Cuándo será la siguiente? Estudio revela que los “Supervolcanes” acumulan magma durante millones de años antes de liberarlo en una “supererupción”

Una publicación de la revista Nature, indica que Analistas del Centro de Investigación Ambiental de las Universidades Escocesas y de la Universidad de Bristol, han descubierto que las grandes erupciones surgen después de acumularse durante millones de años magna en la corteza terrestre, la cual altera la roca que allí se encuentra y ocasiona la expulsión de lavas.

Este tipo de erupciones no son comunes y se producen cada 20.000 años. Sin embargo, los científicos aseguran que su efecto es muy destructivo, porque crea grandes cambios en el clima y trae consecuencias devastadoras. Lo bueno es que la tecnología actual ayuda a estudiar esos efectos, lo que permite estar preparados por si se llega a presentar uno.

Los volcanes pasan millones de años acumulando magma antes de una “supererupción”

Los científicos descubrieron que el magma tarda millones de años en formarse, pero una vez que rompe la corteza puede explotar en tan solo unas décadas, siendo muy rápido el espacio en términos relativos. Según el Profesor Steve Sparks, que labora en la Facultad de Ciencias de la Tierra de Bristol, este estudio ayuda a comprender la circunstancia que lleva a que se produzcan las súper erupciones.

Por otro lado, Sparks asegura que estas investigaciones permiten identificar cuáles de los volcanes activos pueden provocar en el futuro súper erupciones. El estudio cuestionó que las temperaturas altas llevén a que los cristales almacenados se conviertan en rocas fundidas, ya que se trata de granitos que se han endurecido por completo a lo largo del tiempo.

Antes de este descubrimiento, se creía que los cristales de las rocas se comenzaban a formar en regiones cálidas y con el tiempo hacían una fusión. Además, se pensaba que las cámaras de magma se formaban en espacios cortos, por lo que se requerían periodos prolongados en la corteza para que se produjera la erupción. Pero ahora, la nueva evidencia deja claros todos estos asuntos.

¿Cuándo sería la siguiente erupción “apocalíptica” y que volcanes tienen potencial para realizarla?

Según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Ginebra y de Pekín, la próxima súper erupción, similar a las dos últimas que se han realizado en el pasado millón de años, ocurrirá dentro de 600.000 años y se estima que será un volcán que se encuentra debajo de las aguas del lago Toba, en Sumantra.

Llegaron a la conclusión después de analizar los niveles de uranio y circonio, que son dos de los principales elementos expulsados tras la explosión. La última vez que hizo ebullición propagó 2.800 kilómetros de magma, lo suficiente para cubrir un país entero como Suiza con una capa de siete centímetros de espesor.

Se asegura que este evento afectará a todo el planeta en su momento, aunque no se descarta que ocurran otros fenómenos más pequeños. Partiendo de las cifras aportadas por la NASA, en el mundo existen unos 20 supervolcanes, los cuales tienen un tiempo de erupción superior a los cien mil años, por los que no son un motivo de alarma.

Estos fenómenos no son predecibles según los vulcanólogos, aunque sí se han creado algunas técnicas para determinar el periodo aproximado en el que ocurrirán.

Pero, aunque los súper volcanes tardan muchos años en hacer erupción, hay otros que son muy peligrosos y para los cuales todos debemos estar alertas al momento de una fase de alerta y tomar las medidas preventivas.

Algunos de los más delicados son estos:

• Teide: mide 3.715 metros sobre el nivel del mar y es el pico más alto de España, considerado el tercer volcán de la Tierra. Se ubica en la isla de Tenerife y es una amenaza real, ya que la última erupción ocurrió en 1978.
• Vesubio: está situado en Italia y los malos recuerdos llevan a 1979, la última vez que hizo una erupción catastrófica. Con su paso sepultó la ciudad de Pompeya y actualmente es la zona volcánica más poblada del mundo. En los pasados 500 años ha despertado 20 veces y se espera que en cualquier momento lo haga de nuevo.
• Caldera Santorini: se ubica en las islas que le dan nombre en Creta, Grecia, las cuales tienen alrededor de 15.000 habitantes. Su última actividad a gran escala fue en 1950. El resto han sido pequeñas chimeneas que se observan a la distancia.
• Taal: es uno de los volcanes más activos de Filipinas. Tiene una caldera llamada Talisay que está repleta de magma, la cual ha producido cuatro erupciones volcánicas en los últimos dos siglos. Es uno de los más vigilados y peligrosos del mundo.
• Santa María: sus erupciones comenzaron hace 30 mil años y la que realizó en 1902 fue una de las tres más grandes del siglo XX. La columna de ceniza en ese entonces alcanzó los 28 kilómetros, con la que perdieron la vida unas seis mil personas en Guatemala.

¿Qué tan preparados estamos para sobrevivir a una “supererupción” volcánica?

Una erupción volcánica en los actuales momentos podría acabar con la vida de millones de personas, debido a la gran población que tiene el planeta. Los efectos cambiarían el clima, los recursos materiales y la infraestructura antropogénica, lo que afectará no solo un país, sino que las consecuencias se notarán a nivel global.

Hace apenas cinco años se habló con insistencia que el volcán Yellowstone tendría una erupción dos mil veces más potente que la de otros que se han producido, lo que haría que dos tercios de los Estados Unidos fueran inhabitables. Acabaría con 160 kilómetros a la redonda y los efectos de la lluvia de ceniza llegarían a 1600 kilómetros. Además, taparía el sol y provocaría temperaturas por debajo de cero.

El Profesor lkin Salcedo Hurtado, que forma parte de la Universidad de Moscú, sostiene que la humanidad no está preparada para este tipo de eventos catastróficos, pues cada vez que ocurren se notan muchas pérdidas, tanto humanas como materiales. Por lo que considera que hay que preparar a las personas en la gestión de riesgos.

La mayor preparación ocurre en las zonas donde hay amenazas de volcanes, pero en otros lugares las personas no se lo toman muy en serio y tampoco hay planes reales para enfrentar las consecuencias que traería una catástrofe natural a gran escala.