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Los satélites de Starlink aumentan el riesgo de provocar un “efecto Kessler” que haga imposible las misiones espaciales

La cantidad de basura en el espacio ha aumentado desde que la empresa de Elon Musk inició su negocio de Internet satelital, y se estima que el impacto se comenzará a notar a partir de 2040

Mario José
Autor: Mario José
Fecha: 08 octubre, 2022 a las 14:38

Desde 1950, época en la que comenzó la exploración espacial, la cantidad de desechos producto de los lanzamientos de satélites, naves y estaciones espaciales es impresionante. En más de una ocasión las alarmas se han encendido, con la preocupación latente de que ocurra una colisión que se ha llamado Síndrome de Kessler.

Ahora, con la inclusión de empresas privadas en los planes de exploración y comunicaciones satélites, aumenta el número de lanzamientos. Lo que a la vez incrementa la cantidad de basura espacial. Según la ESA, para agosto del presente año se contabilizaron 31.870 objetos sin ninguna utilidad, que lo único que generan es peligro para otros proyectos y contaminación.

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Los satélites de Starlink aumentan el riesgo de provocar un “efecto Kessler”

Los satelites de Starlink aumentan el riesgo de provocar un efecto Kessler

En mayo del 2019, la empresa propiedad de Elon Musk lanzó al espacio el primer lote de 60 satélites de telecomunicaciones. Sin embargo, al día de hoy la cifra es de 3.400, después de que en septiembre se colocaran en órbita 54. La meta de estos aparatos es ofrecer internet de alta velocidad a todo el planeta, con un énfasis principal en las regiones remotas o de difícil acceso.

Según los registros, esta es la mayor cantidad de satélites que posee empresa alguna, pero la meta es llegar a 30.000, aspecto que causa mucha preocupación en los astrónomos. Ellos consideran que afectará de cierta forma la actividad de observación de estrellas y otros astros celestes, puesto que una sola imagen podría estar rayada por varios de estos radares.

Pero además, la gran cantidad de satélites aumenta el riesgo de que se produzca una colisión entre ellos, lo que llenaría el espacio de cientos de partículas diminutas, con lo que se crearía un cinturón de escombros alrededor de la tierra. Aparte, esto causaría problemas para el lanzamiento de futuras misiones de investigación, por lo que tendrían que comenzar a planificar estructuras diferentes.

Decir con certeza las posibilidades de que esta colisión exista es difícil. Sin embargo, estas aumentan cada vez que se lanza un nuevo satélite al espacio. En este caso, la astrónoma Samantha Lawler, piensa que la estrategia de Starlink se basa en colocar muchos equipos en una capa muy densa. Ellos trabajan con mucho cuidado para evitar el choque, pero si cometen un error, aumentará en gran medida la basura.

La información que recaban los científicos indica que ya hay naves espaciales que han chocado y los desechos están en la órbita de la Tierra, aunque viajan a velocidades bajas. A comienzos de año, la Estación Espacial Internacional realizó una maniobra no planificada para evitar que algunos restos les causaran daño y en el 2009, un satélite retirado colisionó con uno operativo, con lo que se expandieron miles de partículas.

Starlink no es el único; la NASA también llena de basura el espacio

Arriba se hizo referencia a las estadísticas que maneja la Agencia Espacial Europea (ESA). En ese caso, vale la pena profundizar un poco. En el espacio hay actualmente 7.800 satélites y cerca de 36.700 piezas que sobrepasan los 10 centímetros de tamaño. Para saber esos números, se realizan rastreos en una dimensión de 35.800 kilómetros de la Tierra. Pero, de lo que está más allá de esa distancia no se sabe nada. Por lo que es urgente y necesario pulir el sistema, para que brinde resultados óptimos.

Gran parte de ese material procede de la NASA, agencia que a lo largo de los años ha lanzado satélites y cohetes para conocer lo que existe alrededor del planeta. Todos estos objetos se han convertido en basura, puesto que una vez que se lanzan no hay forma de traerlos de vuelta. Una vez que terminan su vida útil, se espera que se desintegren por sí solos, aunque es un proceso que en realidad tarda mucho tiempo.

Se habla de algunos proyectos para disminuir la cantidad de basura que hay en el espacio. La empresa japonesa JSAT tiene entre sus planes crear un láser que destruya todos estos montones de chatarra o en su defecto los desplace a otra órbita. Astroscale propone la creación de una grúa que funcione como un imán para recuperar las estructuras de satélites que están en etapa terminal mientras que la compañía australiana Neumann Space busca la forma de suministrar combustible para alargar la vida útil.

Mediante un comunicado en su sitio oficial, la NASA aseguró que se toma en serio el tema de los desechos, ya que estos ponen en peligro el acceso al espacio y limita la participación comercial. Por ello, anunciaron que financiarán varios proyectos para el 2023 en los que se analizarán los problemas económicos, políticos y sociales asociados a la sustentabilidad espacial. Ese paso parece estar encaminado en la dirección correcta, para corregir los errores del pasado.

Si no se toman las medidas ya, el problema se saldrá del control y será muy difícil encontrar una solución acertada. Cada vez hay más empresas que se suman a la carrera satelital, entre ellas SpaceX, Amazon, Boeing, Northrup Grumman, Thales, Lockheed Martin y Airbus. Por eso, surgió una propuesta de parte del presidente principal de la Comisión Federal de Comunicaciones en la que se propone que las compañías deben tener un plan para deshacerse de la basura después que los satélites cumplan su vida útil.

En ese sentido, la Dra. Lawler considera que no se cuenta todavía con la tecnología necesaria para solucionar el problema que ocasionaría una colisión de desechos a gran escala. Y argumenta que el sector privado no ha mostrado el suficiente interés puesto que no ve ganancias reales al realizar este trabajo. Todos quieren evitarlo, pero hace falta un poco más de decisión.

Hay campañas fuertes para que aumenten las regulaciones. Una de ellas es promovida por el Centro de la Unión Astronómica Internacional para la Protección del Cielo Oscuro y Tranquilo de la Interferencia de la Constelación de Satélites. Ellos piensan que se debe evaluar el impacto ambiental que tendrá un choque de desechos espaciales al igual que el riesgo de que ocurra el llamado Síndrome de Kessler.

Al final, nos quedamos con las palabras de la experta en asuntos espaciales Erika Rossetto, quien asegura que para que cualquiera de las iniciativas funcione, es necesario que todos los involucrados trabajen en conjunto. Piensa que la seguridad no se garantizará de forma individual, sino que a una sola voz deben colocarse el reto de construir un futuro seguro para la exploración espacial.

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Mario José
Autor: Mario José

Licenciado en periodismo, especializado en investigación, busco la verdad de todas las cosas. Ahora centrado 100% sobre temas de tecnología, informática e Internet.

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