Revelan los trapos sucios de Uber para conseguir su expansión global; presiones a gobiernos, leyes violadas, mentiras a la policía y más

Una sorprendente cantidad de archivos confidenciales de y sobre Uber han sido filtrados para mostrarnos cómo la empresa, serpenteando, consiguió huir de la ley literal y metafóricamente, tenía a sus trabajadores en condiciones inadecuadas y estuvo presionando al gobierno para expandirse.

Sin duda, parece de película, pero no es la primera vez que servicios “novedosos” de este tipo están en el punto de mira, especialmente por la relación laboral existente entre estas y los trabajadores. Pero lo de Uber va mucho más allá.

Se filtran documentos comprometedores de Uber

Aunque este tipo de cosas huelen de lejos, lo cierto es que la mayoría no pregunta. Decidimos consumir o no pero no metemos las narices, especialmente si no sacamos beneficio; las personas somos así.

Y puede que esto sea una pequeñísima parte del motivo por el que Uber consiguió expandirse a base de escurrirse de leyes entre países, encandilar a grandes y pequeños, explotar a trabajadores con un empleo nuevo, dinámico y más sencillo que el de taxista “de toda la vida” y, en definitiva, tener mucho morro.

The Guardian es un referente por mantenerse independiente, leído diariamente por miles de personas que no quieren que les hablen desde uno u otro bando. Por ello es posible que haya sido el destinatario de semejante filtración. Se trataría de una acción adrede para que el mundo sepa, de manera objetiva, lo que Uber hizo para llegar donde está.

La “prueba del delito” no puede ser más extensa y clara. Incluye conversaciones sutiles entre miembros y socios pero también lenguaje claro, explícito e insultante sobre lo que, a sabiendas, estaban haciendo alrededor del mundo.

“Simplemente somos jodidamente ilegibles”; “No somos legales en muchos países, debemos evitar hacer declaraciones antagónicas”; “Nos hemos convertido oficialmente en piratas”

Palabras del personal de Uber

Esta filtración incluye 124.000 documentos, que se dice pronto. Ya se les denomina como “Uber files” por lo escandaloso del asunto y por cómo la situación ha dado la vuelta al mundo.

Esta ristra de folios nos muestra, en email, iMessages y whatsapps, la historia de Uber durante cinco años, precisamente en los que Travis Kalanick, cofundador, estaba al cargo. Y detrás de todo este material hay nombres y apellidos que ya han sido difundidos por la red.

Ejemplos de sus “hazañas” incluyen el testimonio de Kalanick que indica que Uber aprovechara la violencia a expensas de la seguridad de los conductores (en el altercado de Francia). También que toda sugerencia de que dicha persona estuviese involucrada sería totalmente falsa. Habla el mismo que hizo de menos las preocupaciones de otros ejecutivos a la hora de mandar a los drivers a una protesta mientras afirmaba. El entonces cofundador habría instado incluso a llevar a cabo una contraprotesta violenta que incluyese desobediencia civil masiva.

“Creo que vale la pena. La violencia garantiza el éxito”.

También se ha dado una canalización de dinero en paraísos fiscales. En otras ocasiones, cuando la policía trabajaba de manera activa, Uber daba instrucciones para cortar el acceso a los sistemas de datos, evitando así que se reunieran pruebas. Esta técnica, al parecer, se utilizó, al menos en una docena de ocasiones en países de Europa y Asia.

Los archivos han sido compartidos por The Guardian mediante el Consorcio Internacional de Periodistas de investigación. De momento, el contenido está en manos de 40 medios y casi 200 periodistas por lo que seguro que en las próximas semanas vamos a ir descubriendo muchísimos detalles al respecto.

Presiones a Macron y otros políticos en todo el mundo

La protesta en Francia, que tan sonada fue, tuvo motivaciones y repercusiones de todo tipo, incluyendo políticas.

Parece claro que Macron estaba a favor de la actividad de la empresa, pero ¿cómo se llegó hasta ahí? De manera privada, el personal ejecutivo de Uber mostraba algo más que desdén hacia aquellos funcionarios que no apoyaban su modelo de negocio, aparentemente creando ciertas presiones que, obviamente, y realzándose con promesas y acuerdos, hicieron que Macron viese Uber como una opción de trasporte privado tan válida como el resto.

De Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo, contrario a la idea y que proponía pagar un sueldo a los conductores, en Uber decían que era “un verdadero comediante”. Socavando el mercado del taxi, Uber presionó fuertemente a muchos gobiernos para que reescribieran su legislación allanándoles el camino, bien encandilando directamente a gobernantes o a su público y posibles votantes.

Hubieron reuniones prestablecidas y previamente dadas a conocer al mundo entre gobernantes y personalidades de Uber. Sin embargo, también se datan otras reuniones no reveladas, no se conoce el motivo.

Se estimó una inversión de 90 millones de dólares para el cabildo y un sistema de “relaciones públicas” que diese a conocer el servicio a como diese lugar. La estrategia principal, al parecer, era atropellar a alcaldías y autoridades menores para llegar a lidiar directamente con las sedes poderosas de cada lugar.

El personal de Uber era experto, cada uno en lo suyo, a la hora de crear una ruta que esquivase la oficialidad hasta llegar a los puestos de poder, ejercer influencia o crear encuentros donde asistentes, funcionarios y gobierno menor nunca estuviese presente.

En el caso de Italia, Rusia o Alemania, incluso, se ofrecieron participaciones financieras de la empresa a cambio de suavizar la ley y “darles la oportunidad”.

Y así podríamos seguir. Estas formas, desde luego, indican que iban a por todas, le pesase a quien le pesase, intimidando, avergonzando o empequeñeciendo a quien hiciese falta.

Manipulación de la opinión pública

Hay que indicar que Uber ha admitido algunos errores y que ha dado pasos en falso, algo que a todos nos podría pasar. Pero que con el cambio de líder, que desde 2017 es Dara Khosrowshahi, todo aquello pasó a la historia.

“El comportamiento pasado no está en línea con nuestros valores actuales”.

Dara Khosrowshahi, CEO de Uber.

Por su parte, Kalanick se excusa en los medios diciendo que cualquier iniciativa de expansión estaba siempre dirigida por hasta un centenar de líderes de docenas de países, con vigilancia y aprobación de grupos legales. Otro método excusatorio fue que, cuando Uber nació “las regulaciones para compartir viajes no existían en ninguna parte del mundo”

Así mismo, habla de progreso al contarnos cómo estaba renovando un sistema de transporte anticuado. Esto a nivel actual, pero es que durante toda esta situación, Uber realizaba técnicas mixtas pasivoagresivas para ganarse al pueblo y obtener visibilidad (todo publicidad es buena, ¿no?)