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El pasado 3 de enero, se publicó un nuevo estudio encabezado por un grupo de científicos de la Universidad de California, Riverside (UCR), que propone una técnica para destruir sustancias tóxicas conocidas como “químicos eternos” o “químicos para siempre”. Se trata de una prometedora plataforma para tratar fuentes de agua potable contaminadas con PFAS, la cual usa hidrógeno y luz ultravioleta por eliminar algunos de estos productos químicos. En el experimento, la técnica logró descomponer con éxito el 95% de dichos químicos perniciosos en 45 minutos.
Según los expertos, la eficacia de este método radica en la infusión de hidrógeno en una fuente contaminada, para que el agua logre liberar electrones y otras partículas que pueden debilitar los enlaces moleculares del PFAS. Si bien, los “químicos eternos” se volvieron omnipresentes en productos como cosméticos, utensilios de cocina y textiles, son altamente contaminantes y perjudiciales para la salud humana. De allí, la necesidad de destruirlos.
Los químicos PFAS podrían dejar de ser "eternos"
Por medio del Diario de Cartas de Materiales Peligrosos, este 3 de enero, un equipo de científicos de la Universidad de California, Riverside (UCR) presentaron una nueva plataforma para tratar fuentes de agua potable contaminadas con PFAS, es decir, con compuestos químicos organofluorados sintéticos. Tal y como reseñan en el ensayo, esta plataforma se basa en una técnica que usa hidrógeno y luz ultravioleta con el objetivo de eliminar algunos de estos productos químicos, de forma rápida y efectiva.
Debido a los daños que producen dichas sustancias tóxicas conocidas como “químicos para siempre”, estos expertos se vieron en la necesidad de idear, inventar y desarrollar una nueva manera de destruirlas, ya que se han generalizado en las vías fluviales de todo el mundo. En consecuencia, el principal fin consiste en minimizar los grandes riesgos que suponen para la salud humana y la biodiversidad. Dado que, las PFAS tardan mucho en descomponerse en el agua, lo que conlleva a la contaminación global de las aguas subterráneas, el agua de lluvia, el agua potable, etc.
El concepto básico de la técnica implementada, consiste en eliminar los PFAS a partir de la infusión de hidrogeno en una fuente contaminada. De inmediato, esto produce un efecto que hace que el agua libere electrones y otras partículas que debilitan los potentes enlaces moleculares de los “químicos eternos”. Así, los fuertes pulsos de luz ultravioleta potencian dichas reacciones, acelerando el tiempo promedio que tardan los PFAS en convertirse en componentes inofensivos.
Evidentemente, la técnica funcionó. En la publicación del Diario de Cartas de Materiales Peligrosos, los científicos hacen énfasis en que lograron descomponer con éxito el 95% de los químicos perniciosos, en sólo 45 minutos. Es por ello que, el autor del estudio, Haizhou Liu, profesor asociado de ingeniería química y ambiental en la UCR; asegura que la tecnología utilizada ha mostrado resultados bastante prometedores en la destrucción de PFAS, tanto en el agua potable como en otros tipos de aguas residuales industriales.
“La técnica aumentó la degradación del PFOA del 10% al 95%, con una degradación del 95 % alcanzada en un tratamiento de 45 minutos a temperatura ambiente”.
Haizhou Liu, autor del estudio y profesor asociado de ingeniería química y ambiental en la UCR.
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Entonces, los resultados obtenidos tras realizar las pruebas pertinentes, demuestran que la capacidad de esta técnica es indudable. La cual, se estima como uno de los muchos esfuerzos emergentes para lidiar con la contaminación por PFAS (un proyecto reciente usó solventes para degradar un tipo específico de PFAS llamado PFCA) que, por suerte, tiene una huella de energía relativamente baja y no genera subproductos dañinos.
Ahora bien, hasta el momento, el sistema se encuentra en una fase inicial de investigación. Sin embargo, el equipo de la Universidad de California, Riverside (UCR) espera desarrollarlo en una máquina comercialmente viable, que pueda eliminar los compuestos PFAS de los grandes tanques de agua y otras fuentes, de manera eventual.
“Lo estamos optimizando al tratar de hacer que esta tecnología sea versátil para una amplia gama de fuentes de agua contaminadas con PFAS. La ventaja de esta tecnología es que es muy sostenible porque el hidrógeno que se introduce en fuentes contaminadas se convierte en agua inofensiva al final de la reacción”.
Haizhou Liu, autor del estudio y profesor asociado de ingeniería química y ambiental en la UCR.
Los PFAS; conoce los dañinos químicos que nunca se van y están por todos lados
Los PFAS o “sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo” se definen como un grupo de químicos sintéticos que, por primera vez, se fabricaron en 1940. Por defecto, se volvieron omnipresentes en muchos productos de consumo y comerciales, ya que se encuentran en utensilios de cocina, textiles, cosméticos y más. Estos, también reciben el nombre de “químicos eternos” o “sustancias químicas permanentes”, en vista de que son sustancias duraderas y resistentes al calor, las cuales permanecen en el suelo y el agua durante prolongados períodos de tiempo.
Durante más de 70 años, diversos sectores en el mundo han fabricado PFAS para gran variedad de productos, pero la liberación a partir de artículos que han sido tratados con estas sustancias o los desechos inapropiados que los contienen, han generado su acumulación en varios sitios. En principal de ellos, es el agua potable, al igual que, los suministros de agua que son contaminados con sustancias provenientes de industrias locales.
Asimismo, “los químicos eternos” se encuentran en el suelo contaminado y en ciertos alimentos (tales como: el pescado y los mariscos que son criados en aguas contaminadas con PFAS). Aparte de ello, se dice que una gran fracción de dichas sustancias en el mundo se hallan en los envases de los alimentos (recipientes para comida rápida, cajas de pizza, etc.). También tienen gran presencia en elementos domésticos, ya sean productos de limpieza, telas, espumas para combatir incendios, compuestos para pulir, ceras, pinturas, etc.
Se dice que los utensilios para cocinar antiadherentes, son otra forma potencial a través de la cual los PFAS pueden entrar en los alimentos y el aire.
Lo peor de todo, es que los PFAS también se acumulan en organismos vivos, especialmente, en peces y seres humanos, donde persisten con el paso del tiempo. Así, se caracterizan por tener efectos adversos sobre la salud de las personas, ya que están relacionados con consecuencias negativas en el sistema inmunitario, la perturbación de la hormona tiroides y el desarrollo de diferentes tipos de cánceres. También causan altos niveles de colesterol y afectan el hígado, los riñones y el sistema hormonal en general.
Los niños son el grupo más expuesto de la población. Según varios estudios, pueden sufrir de alteraciones en el desarrollo, bajo peso al nacer, daños hepáticos, renales e inmunitarios.