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Tras un reciente estudio publicado en la revista ‘Nature Biotechnology’ el pasado 30 de junio, se conoció que la ingeniería genética de CRISPR no siempre es segura, ya que la reorganización de piezas de ADN pone en peligro la estabilidad genómica, lo que podría generar tumores malignos en los seres humanos y propiciar el cáncer a largo plazo.
La nueva investigación encabezada por un grupo de expertos de la Universidad de Tel Aviv en Israel, identifica los riesgos de esta innovadora tecnología, puesto que, encontraron una influencia nociva del CRISPR en las células T, las cuales son parte del sistema inmunitario y ayudan a combatir el cáncer.
La ingeniería genética de CRISPR podría generar cáncer
La tecnología CRISPR o ingeniera genética de CRISPR se define como una técnica de edición genética revolucionaria, la cual se fundamenta en que “las proteínas Cas cortan el ADN siempre que se les proporcione un ARN de conocimiento adecuado”. De tal manera, funciona a modo de memoria inmunológica, pues guarda la huella molecular de los virus en el ADN de las bacterias, con el fin de detectar y neutralizar nuevas infecciones para inmunizar dichas células.
Aunque es una tecnología que data desde 1980, lo cierto es que, hasta hace 7 años, en 2015, fue considerada como el mejor avance científico del año para descifrar las secuencias repetitivas presentes en el ADN de diversos microorganismos. Como resultado, ha generado una gran evolución en el campo de la edición genética, ya que ha propuesto una nueva vía para combatir las enfermedades oncológicas. Por esa razón, obtuvo el Premio Nobel de Química en 2020.
Según los ingenieros genéticos, al comparar la secuencia del ADN en las células cancerosas con el de las células normales, es posible identificar los cambios genéticos en las células cancerosas que pueden estar impulsando el crecimiento del cáncer de un individuo.
Sin embargo, con la publicación del estudio realizado por los investigadores israelíes en la Universidad de Tel Aviv, todo esto ha quedado en duda. A partir de los resultados de dicha investigación, destacan que CRISPR se centra en reorganizar piezas de ADN que ponen en peligro la estabilidad genómica y, como consecuencia, podría promover el cáncer a largo plazo.
El primer indicio de ello, se registró en 2020. A través de un ensayo clínico de CRISPR liderado por expertos de la Universidad de Pensilvania, en el que se uso la técnica en células T de un donante con autorización de la FDA, los resultados fueron un poco desalentadores. Puesto que, en lugar de favorecer dichas células que se forman mediante células madre en la médula ósea y son parte del sistema inmunitario, más bien generaron consecuencias nocivas.
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Con este fundamento, en el nuevo estudio efectuado por la Universidad de Tel Aviv, los científicos optaron por investigar la influencia de la tecnología CRISPR en las células T. Con sus resultados, identificaron los riesgos de la “innovadora” ingeniera genética que, desde 2015, se ha empleado para tratar síndromes genéticos, enfermedades hepáticas, padecimientos intestinales y por supuesto, el cáncer.
Entre los principales efectos nocivos, señalan que el CRISPR produce una pérdida de material genético en un alto porcentaje, incluso hasta el 10% de la célula tratada. Lo cual, fomenta la desestabilización del genoma y, a mediano o largo plazo, forma tumores malignos que incrementan el riesgo de padecer cualquier tipo de cáncer.
“Ha sido una tecnología altamente efectiva, pero nuestro objetivo es advertir sobre sus peligros potenciales. Aunque puede parecer una contradicción, como científicos estamos muy orgullosos de nuestro enfoque porque creemos que esta es la esencia misma de la ciencia: No elegimos bandos”.
Dr. Barzel, colaborador del equipo de investigación de la Universidad de Tel Aviv.
Así, la ingeniería genética de CRISPR puede acarrear riesgos a la salud humana y estos se elevan en la medida en que los vectores virales son empleados, con frecuencia, para transferir genes. Por ende, los expertos israelíes advierten que el uso de terapias CRISPR requiere de una atención adicional, a pesar de los avances que ha inducido dicha tecnología desde 2015.
La clave está en la desestabilización del código genético
Si bien, el estudio dirigido por la Dra. Adi Barzel y publicado en la revista ‘Nature Biotechnology’, destaca que la pérdida de material genético puede ocasionar la desestabilización del genoma, por lo que este perderá su capacidad inherente para recuperarse e incluso, causaría la perdida del cromosoma entero. Como consecuencia, genera graves alteraciones en las células cancerígenas que promueven los tumores malignos, lo cual abre el camino para padecer de una enfermedad como lo es el cáncer.
Por naturaleza, el genoma de nuestras células se rompe debido a causas naturales, pero usualmente es capaz de repararse a sí mismo, sin ocasionar ningún daño.
De forma específica, esta pérdida de material genético en algunos de los elementos, fue identificada cuando bifurcaron el genoma de las células, exactamente en los mismos lugares, de los cromosomas 2, 7 y 14. Tras obtener los resultados, detectaron que todos los cromosomas se escindieron a la misma vez y el dañó se elevo con un 3, 10 y 9% respectivamente, de células incapaces de reparar la rotura producida en ellos.
Con esto, los investigadores hallaron que más del 9% de las células T editadas a nivel de ADN con la técnica de CRISPR, perdieron una importante cantidad de material genético y dicha secuela promueve la aparición de cáncer a gran escala, en escenarios extremos. De modo que, en lugar de proveer una solución para tratar esta enfermedad, causaría un efecto adverso.
Es por ello que, para finalizar el informe, el grupo de expertos propone el uso de métodos alternativos que permitan mejorar el tratamiento de muchas infecciones y enfermedades, los cuales resulten menos riesgosos para los pacientes. Así, plantean el uso de dos soluciones potenciales que son las siguientes: (1) Prevenir el desarrollo de células dañadas o (2) Detectar y eliminar las células con daños antes de que el individuo reciba el material genético.