¡Un crimen sin perdón! Este informe revela la devastación que las grandes empresas han causado en la fauna australiana

Este 19 de julio, el Gobierno de Australia publicó un informe quinquenal sobre el estado del medio ambiente y generó gran preocupación a la población. Debido a la sequía, los incendios forestales, el calentamiento global y la actividad humana, la vida silvestre del país está en retroceso. Se trata de un testimonio oficial que revela la devastación generada en la fauna australiana y motiva a tomar medidas drásticas para restituir el estado “pobre y en deterioro” de los animales en tierra y mar.

Los principales hallazgos del informe, demarcan un cuadro de extensos daños a la naturaleza, tanto en tierra como en agua. Estos deterioros se han visto potenciados por el aumento de la temperatura en 1.4 grados centígrados en Australia, desde principios del siglo XX. Se identifica como una realidad que pone en alerta a todo el mundo y a su vez, origina muchas interrogantes sobre la millonaria inversión que se ha hecho para revivir especies extintas, sin pensar en las que todavía tienen vida.

Este informe revela los daños en la fauna australiana

Desde inicios del siglo XX, Australia ha experimentado un drástico incremento de la temperatura terrestre promedio, en 1.4 grados centígrados. Según señala el informe, este cambio climático es uno de los principales causantes de la grave situación que atraviesa la fauna australiana, en la actualidad.

Más allá del aceleramiento que ha tenido el aumento de la temperatura en el país y ha propiciado esta destrucción, entre 2016 y 2020, las olas de calor marino causaron el peor blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral, el mayor sistema de arrecifes del mundo y el hogar de unas 1.500 especies de peces junto con 4.000 tipos de moluscos. Esta situación fue causada por el estrés térmico producto de los picos en las temperaturas del mar, a lo largo de los veranos altamente calurosos.

“A medida que los veranos se calientan más y más, ya no necesitamos un evento de El Niño para provocar el blanqueamiento masivo a la escala de la Gran Barrera de Coral”.

Morgan Pratchett, profesor en la Universidad James Cook.

Aunado a ello, según lo que resalta Tanya Plibersek, ministra del Medio Ambiente, la situación empeoró con los incendios forestales del trágico “Verano Negro”, el cual se suscitó entre 2019 y 2020. Durante siete meses consecutivos, este escenario produjo la pérdida de más de 8 millones de hectáreas de vegetación nativa y también significó la muerte de alrededor de 3.000 millones de animales (mamíferos, reptiles, pájaros, etc.). Así, Australia se coronó como el país que ha perdido más especies de mamíferos en el mundo.

El “Verano Negro” en Australia fue un hecho que también generó la muerte de 33 personas, de forma directa. Asimismo, supuso la pérdida de 450 vidas humanas por inhalación de humo.

Aparte de los incendios forestales y la sequía en el país, al igual que el calentamiento global, el crecimiento de las ciudades australianas también ha provocado la devastación de la vida animal.  Desde hace algunos años, Sídney, una de las ciudades más grandes de Australia, ha perdido más del 70% de su vegetación nativa debido al desarrollo. De forma que, ha elevado el calor urbano, la contaminación y los desechos en la zona, lo cual afecta la demanda de recursos hídricos y energéticos.

Sumado a esto, los desagües pluviales del muelle de Sídney también han creado focos de contaminación con concentraciones 20 veces mayores, en comparación a cuando la zona estaba limpia. Puesto que, dichos desagües contienen pesticidas, desengrasadores, refrigerantes, aceite, pintura, basura y otros materiales que destruyen el medio ambiente.

Otro de los datos del actual informe que más llama la atención, es que más de 7 millones de hectáreas de hábitat para especies amenazadas, fueron limpiadas sin ser previamente evaluadas bajo las leyes de conservación ambiental del país, entre 2000 y 2017. Por lo que, en lugar de cooperar, en realidad generaron un impacto negativo que se evidencia en las más de 200 especies de plantas y animales de importancia nacional que fueron agregadas a la lista de especies amenazadas, según las normas ambientales de Autralia.

“Si continuamos en la trayectoria en la que estamos ahora, veremos más especies amenazadas, veremos ríos más secos, veremos un paisaje degradado, veremos morir a los arrecifes”.

Tanya Plibersek, ministra del Medio Ambiente en Australia.

Para concluir el catastrófico dictamen presentado públicamente, la Sociedad Australiana de Conservación Marina recalca que, es el momento preciso de hacer más o, de lo contrario, se podrá en riesgo todo aquello de lo que depende la vida humana. Bajo esta situación tan preocupante, tanto la salud como el bienestar, los medios de subsistencia y hasta la cultura, están en juego. Por ende, es crucial que el gobierno actúe con rapidez en pro del resguardo de las especies amenazadas y así, garantice mayor seguridad para las personas.

“If we don’t do something to change what we’re doing now, we’re going to continue to see the decline.”@tanya_plibersek says the State of the Environment report makes for “very disturbing reading” and Australia needs to “be part of the global effort to tackle climate change”. pic.twitter.com/rqbrifD2KG

— News Breakfast (@BreakfastNews) July 18, 2022

Invertimos millones en revivir especies extintas sin pensar en las que tenemos hoy

Tras la presentación del informe quinquenal por parte de los entes competentes australianos, una de las disyuntivas que surge es ¿Por qué invierten dinero para clonar y revivir especies en extinción, en lugar de amparar a las que siguen con vida? Desde 2019, se ha hecho eco sobre la era de la desextinción, pues ha dejado de ser una fantasía y planea devolver la vida a todos aquellos animales que ya no existen.

Si bien, la clonación de especies extintas consiste en el proceso de obtener clones de una especie animal que ha desparecido de la faz de la Tierra. Para lograrlo, se emplean embriones y madres gestantes de especies cercanas. A pesar de que no es una realidad tan sencilla de emerger, la verdad es que diferentes investigadores han trabajado en esto e invertido mucho dinero, por años.

Los avances en genética han permitido que la resurrección de animales extintos sea una posibilidad tangible.

Uno de los proyectos más antiguos, se remonta al 2001 y 2003. En el primer año, una vaca llamada ‘Bessie’ parió a un gaur clonado, un bovino salvaje distribuido por la India, Nepal e Indochina que se considera una especie en peligro, pero este falleció dos días después. Por otro lado, en 2003, un banteng fue clonado a partir de células congeladas y su éxito dio muchas esperanzas sobre la posibilidad de que otras especies animales extintas puedan ser duplicadas con exactitud.

Ahora bien, una de las investigaciones más recientes basada en revivir especies extintas, consiste en crear un hibrido vivo de elefante y mamut. Se refiere a un proyecto jurásico publicado a finales de 2021, encabezado por diferentes empresas y facultades que pretenden “resucitar” al mamut lanudo que despareció hace 4.000 años. Para lo cual, Colossal, empresa de biociencia y genética que respalda el proyecto, ha destinado alrededor de €15 millones en fondos privados.

Muchas personas pagarían altas sumas de dinero para ver una cosa peluda “medio elefante” en un zoológico, aunque sepan que no es auténtico. Así destacan los científicos encargados del proyecto.

El principal objetivo del proyecto, radica en crear un hibrido vivo, mediante ingeniera genética, por medio del AND que han logrado extraer de los restos de mamuts lanudos congelados. Lo que quiere decir que, no se trata de clonar a esta especie animal, sino construir un hibrido que sea visualmente indistinguible de su antecesor extinto. Según señalan, es un hecho que ayudaría a restaurar el frágil ecosistema de la tundra ártica, preservar el elefante asiático y hasta combatir la crisis climática que atraviesa el planeta.

“Nosotros los genetistas pretendemos devolver a la vida al mamut lanudo, para poder imaginar un futuro en el que el gigante con colmillos de la Edad de Hielo sea devuelto a su hábitat natural”.

George Church, genetista experto de la Facultad de Medicina de Harvard.

No obstante, se prevé que este tipo de proyectos y/o la clonación a gran escala restringiría la diversidad de la reserva genética y afectaría la propia evolución de las demás especies animales. Además de restringir la biodiversidad biológica, produciría cambios ambientales adversos que, con el tiempo, ocasionarían un problema de extensión masiva por el que los seres humanos tendrán que enfrentar una cruel realidad.