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El pasado lunes 13 de septiembre, Ford Motor Co anunció que colaborará con un proveedor chino en una nueva planta de baterías para vehículos eléctricos que estará ubicada en Michigan, Estados Unidos. A pesar de las notables tensiones entre China y USA, el famoso fabricante de vehículos ha destinado un monto de 3,5B€ como inversión para construir la fábrica de baterías para autos eléctricos que tendrá por nombre “BlueOyal Battery Park Michigan”. Según enfatizan, se pondrá en marcha en 2026 y albergará hasta 2.500 empleados en sus inicios.
Recordemos que, a finales de diciembre de 2022, Ford utilizó una computadora cuántica para buscar las mejores alternativas al litio para las baterías de los EV eléctricos, para así poder prescindir del uso de las baterías de iones de litio en un futuro. Dado que, este elemento es considerado como uno de los minerales más nocivos y contaminantes en el mundo, el cual pone en riesgo a la atmósfera y los seres vivos. Sin embargo, su nueva estrategia sigue poniendo en primer lugar la implementación de las baterías de iones de litio, con el fin de tomar el control de la industria en EEUU.
Ford invierte 3,5B€ en una nueva planta de baterías de litio
Desde hace algún tiempo, los fabricantes de automóviles y productores de baterías para EV’s han iniciado una ardua competencia para instalar la fabricación directamente en Estados Unidos. El principal motivo de esto, consiste en aprovechar los subsidios federales, ya que podrían generar alrededor de 45€ por kilovatio hora (kWh) para contrarrestar los costos de producción.
Recientemente, todo parece indicar que Ford Motor Co ha ganado la delantera en esta aparente carrera armamentista. El lunes 13 de febrero, la reconocida organización multinacional fundada en Estados Unidos anunció que colaborará con Contemporary Amperex Technology Co. Limited (CATL), un proveedor chino que se distingue como el mayor fabricante mundial de baterías y sistemas de almacenamiento para vehículos eléctricos, en China.
Específicamente, la vicepresidenta de industrialización de vehículos eléctricos de Ford, Lisa Drake, confirmó que la compañía invertirá un total de 3,5B€ en una nueva planta de baterías de litio. Con esto, el fabricante de automóviles pretende convertirse en el propietario de la nueva instalación a partir de una subsidiaria de propiedad, en lugar de operarla como una empresa conjunta con CATL. Así, Ford otorgará la licencia de la tecnología a CATL (incluyendo la experiencia técnica), en lugar de hacer lo que otros fabricantes han efectuado con sus socios fuera del país.
A pesar de las latentes tensiones entre Estados Unidos y China, el acuerdo entre Ford y Contemporary Amperex Technology Co, ya es un hecho. Lo que se sabe hasta ahora, es que la nueva planta de baterías de litio para EV’s recibirá el nombre de “BlueOyal Battery Park Michigan” y estará ubicada en la sede principal de Ford, es decir, en Marshall, Michigan (Estados Unidos). Tal y como se prevé, su puesta en marca será en 2026 y desde entonces, formará parte de una subsidiaria de Ford de propiedad total.
Today @Ford is announcing a $3.5B investment to build the first automaker-backed LFP battery plant in the U.S. bringing 2,500 jobs to Michigan. Good for America and our customers! All part of our $50B+ plan to innovate & lead the EV revolution. #BuiltForAmerica #BuiltFordProud pic.twitter.com/TgdcRX9jqw
— Jim Farley (@jimfarley98) February 13, 2023
Dada su extensión, esta fábrica albergará alrededor de 2.500 trabajadores, en un principio.
Gracias a ello, se convertirá en una gran fuente de trabajo, en la que los empleados recibirán entre 20 y 50€ por hora, durante su jornada laboral; según aclaró Josh Hundt, funcionario de la Corporación de Desarrollo Económico de Michigan. Aparte de su impacto positivo en la economía, la implementación de esta nueva planta también será idónea en la cadena de suministro para los componentes clave de las tecnologías de batería en la ciudad de Michigan.
“Este proyecto tiene como objetivo reducir el riesgo al desarrollar la capacidad y la capacidad para escalar esta tecnología en los Estados Unidos, donde Ford tiene el control”.
Lisa Drake, vicepresidenta de industrialización de vehículos eléctricos de Ford.
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Para el presidente de Ford Motor, Bill Ford, es esencial que la tecnología LFP deje de ser importada, pues se encuentra en Estados Unidos mediante numerosos dispositivos electrónicos de consumo, pero no es fabricada en el país y esto eleva los tiempos de desarrollo. Por ello, el hecho de destinar esta inversión para fabricar nuevas baterías en territorio estadounidense ayudará a construir más vehículos eléctricos con mayor rapidez. Asimismo, esto permitirá que los autos sean más asequibles para los consumidores.
“Fabricar estas nuevas baterías en Estados Unidos nos ayudará a construir más vehículos eléctricos más rápido y, en última instancia, los hará más asequibles para nuestros clientes. CATL ayudará a que nuestro fabricante de automóviles se ponga al día para que podamos construir estas baterías nosotros mismos”.
Bill Ford, presidente de Ford Motor Co.
Así, CATL y Ford tendrán la misión de producir novedosas baterías de fosfato de hierro y litio, las cuales se dice que son más seguras que las tradicionales, suelen ser más económicas, tienen un mantenimiento nulo, admiten carga ultrarrápida, etc. Por lo tanto, prescindirán de las baterías de manganeso de cobalto de níquel que son más caras y elevan los precios finales de los autos. De este modo, Ford aumentará la producción de EV’s, obtendrá mejores márgenes de beneficio y ofrecerá sus productos a un menor costo.
“Nuestras baterías estarán entre las menos costosas de producir, citando mejores precios para los clientes y mayores ganancias para el fabricante de automóviles”.
Jim Farley, presidente ejecutivo de Ford.
Por su parte, Ford aclaró que espera que la producción de celdas de batería califique para incentivos federales de casi 35€ por kilovatio hora producido y 10€ por módulo. Además, el director de atención al cliente de la unidad EV de Ford, Marin Gjaja, señaló que se prevé que los automóviles califiquen para la mitad de los incentivos fiscales federales de hasta 7.500€ para los consumidores que compren un auto, una vez comience la producción en la planta de Michigan.
Las fábricas de baterías de litio son de las más contaminantes del mundo
Si bien, Ford dejó en evidencia sus planes de buscar mejores alternativas al litio para fabricar las baterías de los coches eléctricos y atenuar la contaminación que producen, todo parece indicar que esto se ha quedado en una simple pretensión. Aunque, a finales de 2022 la compañía empleó una computadora cuántica con este fin, ahora anunciaron que destinarán una gran cantidad de dinero para construir una fábrica propia en Estados Unidos y producir sus propias baterías de litio.
Entonces, ¿Será que no han sopeado la contaminación que podrían generar? Ciertamente, parece que no. A pesar de que la nueva estrategia de Ford garantizará un impacto positivo en términos económicos y comerciales, tanto para la compañía como para el país y la sociedad; su impacto negativo en líneas de contaminación es indudable.
La producción de baterías de litio para coches eléctricos precisa el uso de materiales que escasean mucho más que el petróleo y, además, suponen un gran problema porque sus residuos son altamente contaminantes.
Según estudios oficiales, la extracción del litio por medio del método evaporítico (el más usado), implica una notable pérdida de agua y produce una salinización del líquido dulce; lo cual, impone una amenaza para los frágiles humedales altoandinos. Asimismo, su creciente uso no está acompañado de un programa adecuado de manejo de las baterías desechadas, que contienen materiales potencialmente tóxicos (cobre, plomo, níquel, mercurio, productos químicos orgánicos, etc.).
Según estimaciones de Lithium Americas que cita The New York Times, la extracción de litio consume 12.200 litros de agua por segundo para producir 66.000 toneladas de carbonato de litio anuales.
Por esto y más, las fábricas de baterías de litio son unas de las más contaminantes a nivel mundial. Así como provocan altos niveles de contaminación en el aire, también dañan el suelo de forma inevitable. En definitiva, el tratamiento de este elemento eleva la degradación del suelo, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad, el daño a las funciones del ecosistema y el aumento del calentamiento global.