¡Se lo merecen! Escuelas públicas acaban de demandar a las redes sociales por la “pandemia de salud mental” en los jóvenes

El pasado viernes, el Distrito de Escuelas Públicas de Seattle presentó una demanda en una corte federal en contra de las principales redes sociales por el daño mental que han causado a los menores de edad. Hasta el momento, ninguno de los acusados ha entregado una respuesta pública.

Aunque las leyes federales establecen una protección a las empresas de redes sociales por las publicaciones de terceros, los demandantes sostienen que hay responsabilidad en torno a la promoción que realizan los algoritmos para darle mayor alcance a los contenidos. La demanda está respaldada por un documento de 91 páginas en el que se detallan los alegatos.

Las escuelas públicas de Seattle demandan a las redes sociales por la salud mental de sus estudiantes

La demanda que se presentó en los Estados Unidos va dirigida principalmente a TikTok, Facebook, Instagram, Snapchat y YouTube. Aseguran que el principal motivo es el aumento en los problemas relacionados con ansiedad, autolesiones e ideas suicidas en los estudiantes en etapas de niñez y adolescencia. Para las afirmaciones se basan en estudios realizados en el periodo 2009-2019.

Seattle public schools sue social media platforms for youth ‘mental health crisis’ https://t.co/NrgJV2nv2P

— Guardian news (@guardiannews) January 8, 2023

Los representantes de las instituciones educativas dicen que las redes sociales han complicado las labores de enseñanza en los estudiantes, lo que ha llevado a que tengan que contratar profesionales especializados en salud mental para atender los casos más graves. Explican que las empresas no evalúan los daños que causan muchas de las publicaciones que promocionan, lo que incide en los cambios de comportamiento y actitud.

Parte de las solicitudes que se leen en la demanda es que la corte obligue a las redes sociales a pagar compensación en los casos que se haya causado mayor daño, al igual que destinar un fondo específico para una educación preventiva sobre los riesgos del uso excesivo de estas plataformas. En ocasiones anteriores, portavoces de Google han dicho que realizan inversiones para garantizar que los niños tengan experiencias seguras mientras navegan en la red.

La acción colectiva se suma a otras que a nivel individual han realizado padres y representantes por los daños que presuntamente causan las redes sociales en los menores de edad. Se desconoce si otros distritos emprenderán acciones similares. Sin embargo, el resultado que tenga esta demanda creará un precedente importante sobre el efecto de la tecnología en los niños y adolescentes.

¡Freidoras de cerebros! Así es como las redes sociales destruyen la autoestima y salud mental de los más jóvenes

No son pocos los especialistas que han explicado la forma en que las redes sociales impactan emocional y psicológicamente en los usuarios, especialmente en los más jóvenes. Algunos crean un perfil con la finalidad de encontrar lo que no tienen en la vida real o para ser aceptados por otros chicos de la misma edad, un elemento al que se le concede muchísima importancia. Pero si los resultados no son los esperados, comienzan los problemas de autoestima. Para entender el punto, hay que tomar un ejemplo.

Los chicos suelen medir su éxito y popularidad de acuerdo con el número de likes que recibe una publicación o fotografía. Allí comienza la competencia y buscan subir la mayor cantidad de imágenes para posicionarse en el primer lugar. Es la búsqueda de una perfección irreal. Si lo que cuelgan no genera interacción, comienzan las comparaciones con otros y las imitaciones de algunos rasgos de personalidad. En ese momento se pierde la identidad, a la vez que se carga con un gran desgaste físico y emocional.

Un nuevo estudio relaciona el uso de las redes sociales con cambios en el cerebro de los adolescentes

-Estar en línea puede aumentar la sensibilidad a los comentarios de los compañeros.

Por Ellen Barry

The New York Times. 4.1.23, p. A17 pic.twitter.com/MimGZosxlW

— Carlos Ricardo (@CarlosGonzalesG) January 5, 2023

Junto a ello, está la ansiedad por pasar la mayor parte del tiempo en línea. Acaban con la vida privada al publicar cada movimiento que realizan. Además, poco a poco comienza a existir una adicción incontrolable. La aparente necesidad de querer estar al día y conocer los detalles de lo que publican los amigos lleva a que pasen horas conectados al smartphone.

Se cambia la comunicación en persona por la virtual, lo que sin duda afecta en el desarrollo de la personalidad y de cualidades que son vitales para afrontar el mercado laboral en el momento que toque. Estar conectado la mayor parte del día y que las publicaciones no capten la atención de los amigos, lleva a que la ansiedad aumente.

Por otro lado, cada vez que suena el tono de notificación, hay la tentación de revisar de inmediato quien acaba de escribir, lo que impide realizar de forma adecuada las tareas pendientes o las actividades fuera de la escuela. A la vez, en las noches ocasiona trastornos de sueño. Dormir a altas horas de la madrugada y tener que levantarse temprano para ir al colegio, imposibilita la concentración y baja los niveles de aprendizaje.

Otro aspecto que se debe evaluar es la inseguridad que se crea en torno a la imagen física. Los influencers crean patrones de belleza que son inalcanzables para todo el mundo. Hay una lucha por tener el cuerpo perfecto o el rostro impecable. Se promocionan productos que son muy costosos para alcanzar una meta y todos quieren tenerlos para lucir a la moda. Sin embargo, muchas veces se trata de filtros creados con programas de edición, que al final lo que buscan es que los promotores ganen mucho dinero.

Y ese es un problema que va en auge. Según un estudio de Chicago Booth School of Business, las redes sociales tienen una mayor adicción que otros vicios como el tabaco o el alcohol. Por ello, es recomendable tomar medidas para limitar los daños. Hay que establecer un tiempo mínimo de uso a diario, deshabilitar las notificaciones automáticas, dejar a un lado el móvil durante ciertas horas y eliminar aplicaciones que no sean imprescindibles.