La ESA se gasta millones en un satélite con “radar de banda P” para mirar desde el espacio… Los árboles que podemos ver gratis en la Tierra

Con la misión de ayudar a la protección de los bosques del planeta, la Agencia Espacial Europea utilizará el satélite BIOMASS, el cual emplea una tecnología conocida como radar de banda P que mostrará cosas que los científicos hasta el momento no han podido detectar ni estudiar desde el espacio.

Este satélite, tiene un peso de más de una tonelada y cuenta con un gigante reflector de 12 metros integrado a la armazón. El lanzamiento está previsto para finales del 2023 y según el Profesor Shaun Quegan de la Universidad de Sheffiel, contribuirá a estudiar la deforestación y fomentar una voluntad política que ayude al cuidado de los bosques, que son fundamentales para la vida de los seres humanos.

La ESA lanzará su nuevo satélite con “radar de banda P” que permitirá medir la biomasa desde el espacio

Este radar tiene una onda larga de 70 centímetros y permitirá a los científicos ver la madera de los árboles. Aparte, ayudará a medir la biomasa, que es lo que se forma una vez que las plantas transforman la luz solar en energía química. Esta medición es clave, sobre todo cuando se atraviesan crisis climáticas, que llevan a elevar las temperaturas por encima de lo normal.

Los investigadores agregan que los bosques son fundamentales en el calentamiento global, debido a que retienen y absorben al menos un tercio del carbono que se lanza a la atmósfera. Por eso, las consecuencias de la deforestación son fatales, lo que lleva a que sea urgente tomar medidas para detenerla y frenar la destrucción de los medios naturales.

Maria Cody, jefa de política de la ESA en la Agencia Espacial del Reino Unido, declaró a los medios que la ventaja del satélite es que permite realizar mediciones en tiempo real, ver si se produce una degradación o destrucción de los bosques y a partir de eso tomar medidas para corregir el impacto negativo.

Con el radar se podrá observar gran parte de los bosques del mundo, con la excepción de los de América del Norte y Europa del norte. Las métricas permiten conocer la altura de la zona, la biomasa forestal, la superficie terrestre y las áreas de interés arqueológico, entre otros elementos.

Millones de euros gastados para conseguir algo que podemos ver gratis en la Tierra

En la última década, alrededor de 43 millones de hectáreas se han deforestado en el mundo, lo que le ha causado un daño enorme a los suelos y a las especies que en ellos habitan.

Buena parte de la responsabilidad recae en las empresas de madera, las cuales proporcionan productos para el mercado mundial. Por otro lado están los leñadores, quienes construyen carreteras para acceder a los bosques remotos.

Pero no todo es intencional. En ocasiones ocurren incendios forestales junto al pastoreo intensivo que limita el crecimiento de los nuevos árboles. Lo anterior influye en el cambio climático, puesto que al ser los suelos húmedos necesitan de una capa de protección para mantener su estado natural. Si no se cumple ese papel, las selvas y los bosques se convertirán de forma rápida en desiertos áridos.

Los efectos se perciben a simple vista. Tan solo con ver territorios que hace unos años eran verdes y hoy están completamente vacíos, se nota el impacto que tiene la mano del hombre. Pero además, el hecho de que los climas sean cada vez más extremos, que haya desaparecido la biodiversidad, que el ambiente esté muy inestable y que se altere el ciclo del agua, son consecuencias de la tala y quema en los bosques.

Se han creado varias iniciativas, pero las inversiones prácticamente se han perdido, porque los resultados son escasos. Por ejemplo, en 2018 se lanzó un satélite que forma parte de la Estación Espacial Internacional.

Está a 354 kilómetros sobre la superficie de la tierra y el objetivo es similar al que tiene el que se lanzará el año próximo: medir la biomasa forestal desde el espacio. La idea de los expertos es estimar y analizar los niveles de vegetación en los bosques.

Hace un par de años, los gobiernos se comprometieron a acabar con la deforestación para el 2030. Para lograrlo, es necesario disminuir las emisiones de CO2 de origen fósil. Todo ello debe ir de la mano de una gran inversión de dinero que sobrepasa los 10.000 millones de euros. Sin embargo, por encima tiene que existir la voluntad de todos los habitantes del planeta, en especial de los que causan daño a la vegetación.

Y mientras… Europa “sufre” crisis económica y de hidrocarburo

Realizar estas inversiones para la construcción de satélites y estudios espaciales en los actuales momentos es complicado, sobre todo si se analiza la crisis económica que afecta los grandes mercados del mundo. Además, muchas de las materias primas que se utilizan para el petróleo y el gas se han disparado toda vez que comenzó el conflicto en Ucrania.

Así mismo, la depreciación del euro tiene un impacto negativo. Ahora se requieren más monedas para realizar los pagos en dólares, lo que al final impacta en los niveles de inflación. También, el PIM se contrajo por primera vez en los últimos dos años, lo que baja la movilidad del sector de los servicios y anuncia caídas fuertes del PIB en el futuro cercano.

Los datos de la inflación interanual en la eurozona alcanzaron cifras récord, al ubicarse en 8,9% mientras que el PIB apenas creció un 0,7%, unos niveles muy tímidos, pero que superan las estimaciones de los especialistas.

Esa es la razón por la que Paolo Gentiloni, comisario europeo de Economía, escribió en Twitter que aunque no están en recesión, la incertidumbre permanece para los próximos meses.

En cuanto al tema energético, la crisis se ha acentuado con el conflicto que mantienen Rusia y Ucrania. Los gobiernos han tenido que liberar reservas de emergencia para reducir las demandas de petróleo. En la medida que el gas natural y la energía suben, las empresas de servicios públicos tendrán mayores problemas, por lo que los precios serán trasladados a los consumidores y al no tener la liquidez suficiente necesitarán la ayuda del gobierno para subsistir.