¡No creas todo lo que lees en Internet! Desmienten el rumor de que un cohete Saturn V derritió cemento con sonido a 203 decibelios

Aunque suena bastante increíble y capaz, no es verdad. Las afirmaciones que se leen y oyen respecto a que un cohete de la NASA ha conseguido derretir cemento sólo con sonido no es cierto; y que encienda fuego a distancia tampoco. Pero… ¿de dónde viene, entonces, este tipo de información errónea?

No son pocas las historias falsas creadas alrededor de la NASA. Hay muchos motivos para ello, como que no cuentan toda la verdad o que, al ser una entidad de tal envergadura, debe tener un poder enorme que le permite hacer de todo. En cualquier caso, lo del sonido que derrite el suelo y provoca incendios no es cierto, por más que se siga afirmando 30 años después.

Desmienten que el cohete Saturn V derrita cemento o encienda fuego con sonido

Cuenta la leyenda, que no es tal cosa sino simplemente un mito, que durante el lanzamiento del cohete Saturn V que llevaba el Apolo 15 de camino al espacio en el año 1971, este, con su potencia sonora, derritió el suelo asfaltado e incluso prendió fuego en la vegetación en un amplio radio alrededor de la zona.

Después de 32 años se consigue desmentir el mito. De ello se encargaron investigadores de la BYU, situada en Utah. Para conseguirlo crearon un modelo basado en la física que tuvo lugar durante el evento del lanzamiento. Con ello consiguieron una cifra en decibelios o decibeles, 203 para ser exactos, del ruido que hizo el Saturn V al despegar. La NASA en su registro afirmó que fueron 204 por lo que la recreación se considera válida.

Dando un poco de contexto, los sonidos que escuchamos habitualmente a nuestro alrededor están por debajo de los 100 dB, obviando festivales musicales, sirenas, motores a reacción y similares. El cohete en su despegue duplicó el número de decibelios pero es importante saber que la potencia, la virulencia y los efectos que provocan no son proporcionales sino logarítmicos.

Esto significa que cada 10 dB sumados multiplican por sí mismos los efectos. Así, un sonido de 120 dB es el doble de impactante que uno de 110; uno de 130 dB sería el doble de impactante que uno de 120 y así. De este modo, imagina cómo de potente es un sonido que sobrepasa los 200 dB. El autor principal de este estudio te lo cuenta.

170 dB equivaldrían a 10 motores de avión. Sin embargo, 200 dB, sólo 30 más, equivaldrían a 10000 motores

K. L. Gee, autor de la investigación

Exponerse a 203 o 204 dB es una auténtica barbaridad, tanto que nuestro tímpanos se romperían antes, por ejemplo. Muestra de ello es que en los lanzamientos no verás a nadie por allí cerca, se debe asegurar una zona de 4 km a la redonda para evitar que ese “sonido”  no dañe a nadie. Sin embargo, todavía no sería suficiente para derretir el suelo de cemento.

Pero… ¿Es posible? En la investigación no lo desmienten, sólo se animan a determinar que si esas cosas pasaron, en este caso en particular no fue a causa del sonido sino por el calor radiactivo o por los escombros. En ningún momento se dice que el sondo no sea capaz de hacer tal cosa. Entonces, sí, es posible derretir hotmigón y otras cosas con sonido.

¿El sonido puede derretir cemento, asfalto y otros tipos de suelo?

En efecto y aunque pueda parecer algo loco, esto sí podría llegar a ocurrir. Si pensamos en ruido podemos imaginar, en todo caso, un suelo crasheado o roto a pedazos al igual que algunas personas con su tono agudo pueden romper copas. Suena imposible deshacer el suelo, esto sería algo más propio de una alta temperatura, ¿cierto?

Así es. El sonido puede derretir las cosas. Y como bien he visto en un ejemplo, podrías derretir una loncha de queso gritándole continuamente. Aunque parece chulo, no lo hagas, necesitarías más de una semana y, por supuesto, te cansarías antes.

Para el suelo pasa casi lo mismo. Primeramente es necesario conocer a qué temperatura se derrite el concreto debido a que, aunque el origen sea un sonido, finalmente, lo que fundiría el suelo sería el calor que producen la ondas de diferentes longitudes al impactar con el objeto en cuestión, que lo friccionan.

Si esta fricción es fuerte y/0 dura lo suficiente la temperatura del objeto va subiendo y, si se alcanza el punto de ebullición, obviamente, se derrite.

Y es que, en efecto, el sonido se mueve a partir de ondas. Estas son de diferente presión, habiendo más altas y más bajas. Cuando se produce un sonido cualquiera, una onda de una longitud potente golpea el objeto pudiendo “desplazarlo” un pelín, micromilímetros o menos.

Cuando esta desaparece y golpea otra más suave, el objeto tiene la capacidad, al “no ser empujado tan fuerte” de volver a su sitio.

Si este proceso se repite muy rápido, por ejemplo porque el sonido se produce a muchísimos decibelios, el objeto se moverá rápidamente friccionándose y calentando sus moléculas. Cuando estas lleguen a los 1350º Celsius, se empezarán a desestructurar y el suelo de hormigón se derretirá.

Este es el motivo por el que “el sonido puede derretir cosas”. Sin embargo, según que cosas, como el caso del suelo, no sólo basta con ponerle música durante muchos años.

Si el proceso que hemos comentado se produce en un lapso de tiempo en el que se permite que la humedad del material se evapore, este explotará antes de derretirse (se rompe, que es lo que seguramente todos hemos visto o, al menos, imaginado).

Por ese motivo no es posible fundir el suelo con poco ruido y mucho tiempo pero sí al revés, con poco tiempo y muchos decibelios.

Y volviendo al tema del cohete, aunque 200 dB son muchísimos, siguen sin ser suficientes. Debería haber un ruido mayor para conseguirlo. Curiosamente, el siguiente cohete será más ruidoso, pero ya han pensado en ello y lo refrigerarán con tanques de agua para que suprimir el sonido y que no haya incidentes.