Científicos británicos acaban de desarrollar “hojas artificiales” que pueden usarse como materia prima para hacer combustible

Científicos pertenecientes a la Universidad de Cambridge diseñaron unos dispositivos artificiales que son capaces de generar energía limpia partiendo de la luz solar. La información fue detallada esta semana en la revista Nature, donde se explica el funcionamiento y las ventajas que tendrá su uso en la vida moderna.

Este equipo lleva varios años en la búsqueda de soluciones al problema de los combustibles fósiles. En 2019 presentaron una primera versión que ayudaría a la producción de productos químicos y farmacéuticos. Sin embargo, el nuevo experimento tiene la mira puesta en reducir la dependencia de la gasolina y existe la posibilidad de utilizarlo en puertos, mares y en vías contaminadas.

La ciencia acaba de desarrollar “hojas artificiales”

Las llamadas hojas artificiales que acaban de presentar los científicos combinan el agua y la energía solar para generar combustibles limpios. El proceso se inspira en la fotosíntesis, que se da cuando las plantas convierten la luz en alimento. La mayor ventaja se da por lo ligero de los dispositivos, lo que les permite flotar y ocupar la menor cantidad de espacio en la tierra.

Los dos absorbentes de luz hechos con perovskita se combinan con un catalizador de cobalto. En lo que la hoja se sumerge en el agua se produce la mezcla con el gas, lo que genera oxígeno y en el otro absorbedor se da la reacción química que convierte el oxígeno y agua en monóxido de carbono e hidrógeno, un uso totalmente innovador.

Esta alternativa causa menos daño al ambiente y se puede utilizar sin problema como un sustituto para la gasolina, según comenta Erwin Reisner, integrante del Departamento de Química de Cambridge. Piensa que el siguiente paso es lograr producirlo de forma sostenible.

Para asegurarse de que funcionará, los investigadores realizaron una prueba en el río Cam, el principal afluente de Cambridge, al este de Inglaterra.

Aunque los paneles solares se han hecho frecuentes, todavía en el 80% de los casos se utilizan los combustibles fósiles, lo que ocasiona un impacto negativo en el cambio climático. Ahora, con la combinación de técnicas que tienen estas hojas artificiales, se buscará ampliar las opciones de combustible solar, lo que permitirá en algún momento crear granjas que abastezcan islas remotas, asentamientos costeros o evitar que el agua utilizada en los canales de riego se evapore, con lo que se les dará un importante segundo uso.

La intención es usarlas para producir combustible en Reino Unido ¿Podrían llegar pronto a España?

El profesor Erwin Reisner, sostiene que estas hojas artificiales se pueden guardar y colocar en cualquier sitio de Inglaterra, pero también en otro país que adquiera la tecnología y de esta forma contribuir a la seguridad energética. Para su diseño se utilizaron técnicas de miniaturización, las mismas que se emplean en la fábrica de teléfonos inteligentes y pantallas flexibles.

Es muy probable que esta tecnología llegue más temprano que tarde a España, que ha hecho esfuerzos para promover una transición energética verde.

El año pasado, firmaron un compromiso con Francia para fortalecer la respuesta a la constante amenaza del cambio climático, lo que implica la reducción de la huella de carbono. Aparte, buscan impulsar las iniciativas y consorcios industriales que quieran trabajar con combustibles sostenibles.

También, desde hace un par de años, seis empresas españolas trabajan en proyectos de combustibles alternativos, a los cuales se les han asignado 70,4 millones de euros. La idea final es contribuir al consumo de energía limpia y permitir que el transporte público tenga una movilidad sostenible. Esto es aplicable a los autobuses y barcos, con lo que se reducirán las emisiones de CO2.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que España aprobó un acuerdo propuesto por Alemania en el que los barcos de forma obligatoria deben utilizar una cuota de hidrógeno verde. Esto ayudará a la descarbonización del transporte marítimo, que en su mayoría depende de los combustibles fósiles.

También se le da un peso importante al gas natural, del cual se espera que su uso sea mayor para el año 2030.

Los analistas aseguran que el hidrógeno verde puede ser utilizado en motores, células de combustión y corriente eléctrica, siendo fundamental para disminuir las emisiones de gas invernadero. Aparte de eso, tiene grandes beneficios económicos, tanto por la disminución de gastos como en los niveles de ganancia que obtienen los productores.

Sin embargo, el 99% del hidrógeno que se produce en el mundo es a partir de fuentes no renovables, según los datos que aporta la Agencia Mundial de Energía. Hay algunas petroleras que han lanzado proyectos con estas características, como es el caso de Repsol, BP y Shell. Ahora bien, si se habla de los países que lideran la producción son Australia, Países Bajos, Alemania, China, Arabia Saudita y Chile.

Junto a ello, en 2020 se lanzó la iniciativa Green Hydrogen Catapult que forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Una de las apuestas fuertes para los próximos años es reducir los costos del hidrógeno, lo que ayudará a su uso masificado.