¡Freidoras de cerebros! La adicción a los móviles sigue al alza mientras se descubren más de sus males para la salud mental

La Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública, dio a conocer un estudio titulado “El uso problemático de teléfonos inteligentes conduce a déficits de autocontrol cognitivo y conductual”, en el cual 65 y 46 hombres pasaron por una prueba para ayudar a medir sus niveles de adicción al móvil y la reacción que tuvieron al no poder utilizarlo o usarlo de manera limitada durante 3 días.

Para poder obtener estos datos utilizaron las estadísticas generadas por una aplicación diseñada específicamente para este propósito, y le realizaron un test con respecto a los síntomas mostrados durante los periodos de uso limitado. Los resultados pusieron en evidencia el alto grado de dependencia que la población en general está desarrollando hacia los móviles y los efectos negativos que esto tiene en la salud.

La adicción al móvil reduce las habilidades cognitivas y causa malestar psicológico

El uso de los equipos inteligentes ha aumentado exponencialmente en la última década, cuando no lo usamos para entretenimiento o comunicación, podemos usarlo para buscar direcciones, pedir comida, leer artículos y usar otras aplicaciones. A medida que aumenta nuestra dependencia de estos dispositivos, también aumenta la posibilidad de adicción a los teléfonos inteligentes.

Mucha gente ha caído en esta adicción y, como resultado, prestan menos atención al mundo exterior, olvidan cómo socializar y ven disminuida la calidad del sueño. A menudo vemos personas mirando sus pantallas mientras caminan o conducen, lo que puede ser peligroso tanto para ellos como para los que los rodean.

Por otra parte, se sienten ansiosos e inquietos cuando su móvil no está cerca, se enojan si alguien los interrumpe mientras están usando el teléfono y descuidan otras cosas en la vida que solían disfrutar debido a esta adicción.

La persona promedio tiene su móvil con ellos durante aproximadamente 4 horas cada día. No obstante, estudios han descubierto que las personas que usan un teléfono inteligente durante más de 10 horas al día tienen aproximadamente un 30% más de riesgo de mostrar síntomas depresivos que aquellas que lo usan durante poco tiempo.

Esto se debe a que los teléfonos inteligentes nos brindan una gratificación instantánea que nos hace sentir bien y satisfechos, pero este efecto desaparece rápidamente y el cuerpo se esfuerza por replicarlo a tal grado que va generando resistencia a las hormonas que producen esta sensación, volviendo cada vez más difícil producirlas de forma natural.

Un estudio realizado por los investigadores Rosa Fabio, Alessia Stracuzzi y Riccardo Lo Faro, hacen de este tema revelaciones importantes y de los hallazgos sobre la relación entre el uso del teléfono y elementos como desempeño cognitivo y la regulación emocional. Los datos recopilados reflejan que aquellos que pasan la mayor parte del tiempo en su teléfono tenían más dificultades para resistir los impulsos y exhibieron los niveles más altos de estrés, depresión y soledad.

En la investigación fue utilizada la aplicación SocialStatsApp, que recolectaba los datos de uso de TikTok, Facebook, Instagram y WhatsApp, creando automáticamente estadísticas para un posterior análisis.

Además de los efectos cognitivos de la adicción a los móviles inteligentes, también existe un aspecto social. Las personas que pasan demasiado tiempo en sus teléfonos no interactúan de manera significativa con los demás, lo que puede hacer que estas desarrollen baja autoestima o un cuadro de ansiedad social.

Si observamos cómo nos comunicamos entre nosotros en el mundo actual, aplicaciones como Facebook e Instagram se están apoderando de las conversaciones tradicionales entre amigos y familiares y cambiando por completo las dinámicas sociales. Por lo tanto, es importante ser conscientes de los efectos adictivos que pueden tener los dispositivos electrónicos y las medidas pertienentes.

El síntoma más común para detectar un estado de adicción es la incapacidad de regular el uso de su dispositivo. Esto se puede comprobar considerando cuántas veces revisan su móvil en un día, también se puede ver por la falta de autocontrol cuando se trata de las redes sociales, juegos y otras actividades relacionadas con el entorno virtual que conducen a continuar utilizándolos.

Es decir, una persona podría pasar el día sin mirar el teléfono, pero utilizando otros dispositivos para interactuar en sus redes sociales o jugar en línea con amigos, lo que eventualmente conducirá a tener que usar el móvil de nuevo.

La adicción a los móviles y pantallas está desatada y sigue al alza

Un estudio realizado con estudiantes universitarios en Taiwán encontró que "más de la mitad de ellos son adictos a sus teléfonos inteligentes". Los investigadores también realizaron experimentos a grupos diversos en los que ofrecían a los participantes una barra de chocolate o una cantidad de dinero por cada minuto que pudieran pasar sin usar sus equipos.

Aunque suena como una tarea sencilla, los participantes no pudieron resistir el uso de sus teléfonos durante más de dos minutos, lo que sugiere que la adicción a los móviles es un problema grave que va más allá de un grupo limitado.

Por otra parte, Control Self-Portrait, una aplicación que ayuda a las personas a controlar sus impulsos y deseos, investigó cómo los déficits de autocontrol pueden conducir a la adicción a los teléfonos inteligentes, mostrando que se trata de un ciclo que se retroalimenta.

Los datos de más de 1500 participantes mostraron que la mayoría de los participantes habían experimentado una situación reciente en la que lucharon con su impulso o deseo frente a demasiada tentación. Casi todos los que respondieron mencionaron ser adictos a la tecnología como una de las tentaciones.

En el documento publicado por Fabio, Stracuzzi y Lo Faro, reflejaron que los participantes con edades comprendidas entre los 18 y 48 años, fueron restringidos del uso de su Smartphone durante 72 horas para medir los efectos, como resultado, la mayoría declaró un incremento en el “miedo a perderse de algo”, sintiendo que mientras ellos no estaban en sus redes, en el mundo pasaban cosas relevantes de las que no formarían parte.

Las personas que fueron observadas en el estudio, aportaron información acerca de medidas de bienestar subjetivo, vida emocional, calidad de sus relaciones sociales, niveles de interacción, autoestima y rendimiento. El uso excesivo del dispositivo mostró tener repercusiones en todas estas áreas.

Este ha mostrado ser un impulsor importante en la formación de una dependencia y el aumento de la ansiedad. Las redes sociales están diseñadas para crear la sensación de que es necesario revisarlas con frecuencia para poder formar parte del mundo actual. Además, la mayoría incluye una especie de sistema de recompensa en el formato de notificaciones que estimula al usuario frecuentemente.

En general, el estudio mostró que un mayor tiempo de actividad en el móvil está directamente relacionado con la disminución del desempeño cognitivo, dificultades en la regulación física y emocional y disminución en la velocidad de reacción. Síntomas de un sistema neurológico saturado y agotado por el exceso de uso.