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Este lunes 12 de septiembre, el Telescopio Espacial James Webb logró capturar sorprendentes imágenes de la Nebulosa de Orión, una de las más brillantes que existen y que está situada a 1.350 años luz de la Tierra. Dichas imágenes fueron obtenidas como parte del Programa Científico de Publicación Anticipada Regiones de Fotodisociación para Todos (PDRs4All ID 1288) en Webb, lo cual no había ocurrido nunca antes.
Este proyecto codirigido por Olivier Berné, científico del Centro Nacional Francés para la Investigación Científica (CNRS) y Emilie Habart, profesora asociada del Institut d'Astrophysique Spatiale (IAS), también incluye importantes investigaciones de Western University. Por lo tanto, se trata de una colaboración internacional que cuenta con la participación de más de 100 científicos en 18 países.
El telescopio James Webb captura la Nebulosa de Orión
Como parte del programa ‘Early Release Science’, iniciado en 2017, más de 100 científicos de 18 países lograron capturar impresionantes imágenes de la Nebulosa de Orión, por medio del telescopio espacial James Webb. Tras una larga espera de 5 años, los expertos lograron obtener estos datos de gran ayuda para la observación espacial, sobre todo, para comprender mejor cómo las estrellas masivas transforman la nube de gas y polvo en la que nacen.
Así, este lunes 12 de septiembre, con un grupo calificado que proviene de instituciones como el Centro Nacional Francés para la Investigación Científica, la Western University de Canadá y la Universidad de Michigan, los científicos anunciaron que las imágenes obtenidas desde dicho telescopio son las más detalladas, nítidas e impresionantes que nunca antes se hayan visto dentro de la Nebulosa de Orión.
Como resultado, el hallazgo ha arrojado luz sobre cómo se formaron las estrellas y los sistemas planetarios dentro de la Vía Láctea hace más de 4.500 millones de años atrás.
La Nebulosa está situada en la constelación de Orión, a 1.350 años luz de la Tierra. Se encuentra en un entorno similar en el que nació nuestro propio sistema solar hace más de 4.500 millones de años.
Según el informe, las estrellas jóvenes masivas emiten grandes cantidades de radiación ultravioleta directamente a la nube nativa que todavía las rodea. Esto cambia la forma física de la nube, incluso, transforma su composición química. Así, las nuevas imágenes revelan numerosas estructuras de tal naturaleza dentro de la nebulosa, las cuales presentan escalas comparables al tamaño del sistema solar.
Sumado a esto, los investigadores destacaron que las recientes imágenes de Webb muestran la luz infrarroja de la constelación de Orión, lo cual permite ver a través de las capas de polvo. Como consecuencia, observaron varios filamentos densos que son capaces de promover una nueva generación de estrellas en las regiones más profundas de la nube de polvo y gas. Dentro de su capullo, se visualizan estrellas jóvenes en el que se forman planetas y también son visibles las pequeñas cavidades excavadas por las nuevas estrellas que son expulsadas.
“Estamos sorprendidos por las impresionantes imágenes de la nebulosa de Orión. Estas nuevas observaciones nos permiten comprender mejor cómo las estrellas masivas transforman la nube de gas y polvo a partir de la cual nacen”.
Els Peeters, astrofísico de la Western University.
Con estos hallazgos, el panorama para entender mejor el ciclo completo del nacimiento de las estrellas, ha cambiado. A pesar de que observar la Nebulosa de Orión con gran nitidez fue un desafío para el amplio grupo de científicos, pues es muy brillante para los instrumentos sensibles; el telescopio espacial James Webb demostró su efectividad en este proyecto.
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Básicamente, Webb se define como un telescopio espacial altamente potente, el cual fue construido con un espejo primario de 6.5 metros y está compuesto por 18 segmentos hexagonales recubiertos de oro y un parasol de 5 capas de gran tamaño (como una cancha de tenis, por ejemplo). De forma que, es único en su especie y presenta la capacidad de observar galaxias distantes y tenues, así como Júpiter y Orión (algunas de las más brillantes en el cielo infrarrojo).
Ahora bien, la nueva imagen de la Nebulosa de Orión no es la única captura sorprendente que ha hecho el telescopio Webb. En vista de que empezó a operar desde julio de 2022, también ha logrado capturar numerosas imágenes con gran detalle, entre las que se resaltan: La Galaxia Fantasma, la estrella más distante que existe en el universo y varias imágenes novedosas de Júpiter.
Por su parte, esto es solo el comienzo de un proyecto sin precedentes. El equipo encargado de capturar las sorprendentes imágenes de la Nebulosa de Orión también esta trabajando para analizar los datos recaudados. En base a esta información, el objetivo consiste en hallar nuevos descubrimientos acerca de las primeras fases de la formación de sistemas estelares. Así que, el telescopio Webb deberá emprender importantes viajes para simplificar la observación espacial.
Un retrato de 4.5B de años; así funciona la observación espacial
Las capturas proporcionadas por James Webb, el telescopio capaz de retratar la Nebulosa de Orión, en realidad muestra el pasado de la misma. Básicamente, hace referencia a una representación visual de hace 4.5B de años, ya que dicha estructura se encuentra a esa cantidad de años luz y en efecto, es el tiempo que tarda en llegar hasta este punto. En otras palabras, se trata de una imagen que arribó después de haber salido de su perímetro hace 4.5B de años del objeto.
En ese sentido, la observación espacial resulta un poco completa. Cuando observas la luz de las estrellas y las galaxias, en realidad estás visualizando su pasado. La mayoría de estos astros son tan remotos que su luz (o imagen) demora miles de millones de años en llegar a la Tierra. Por lo tanto, lo que sucedió este 12 de septiembre con la Nebulosa de Orión, es que los científicos pudieron ver su pasado o tal como esta era en su juventud.
Por lo tanto, en la actualidad, tanto esta nebulosa como los diferentes cosmos que se encuentran en el espacio, podrían ser muy diferentes a cómo se están observando. Asimismo, se conocen casos en los que muchos de ellos ni siquiera existen hoy en día, pero igualmente exhiben su luz retrospectiva, es decir, su imagen de hace millones de años.
En Astronomía, cuando de tamaño y de distancia se trata, se hace énfasis en magnitudes de tal dimensión que ni siquiera las unidades de medida usadas frecuentemente sirven para tantearlas. Es por esto que, la unidad básica de distancia o longitud que se emplea en esta rama de la ciencia, es el AÑO LUZ (a.I.). Dicha unidad se define como la distancia recorrida por la luz en un año y en términos generales, eso equivale a unos 10 billones de km.
Por ejemplo, la estrella más cercana al Sol se sitúa a 4.3 años luz. Mientras que, la longitud de la Vía Láctea es de 100.000 año luz y la Galaxia más próxima a la Vía Láctea se encuentra a 2.000.000 año luz.