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Los datos presentados en el 2021 por la Organización Mundial de la Salud indican que al menos el 3% de la población padece algún trastorno relacionado con la depresión. Por eso no es de extrañar que cada vez aparezcan nuevas publicaciones y recomendaciones para luchar con este problema.
Lo malo es que muchos influencers se han aprovechado de este auge para promocionar productos, marcas y servicios que en la mayoría de los casos no tienen la finalidad de ayudar, sino de incentivar las compras masivas. Se muestran como un medio para sobrellevar los sentimientos negativos, pero el interés real es ganar dinero, sin importar que dañen a las personas que los siguen y que solo quieren sentirse aliviados.
Influencers llevan años lucrando hablando sobre la depresión sin saber de salud mental
No es un secreto que los influencers pueden ser de gran ayuda para brindar información al grupo de personas que los siguen. El problema es cuando no tienen conocimiento sobre un tema y pretenden llegar a la audiencia con la apariencia de especialistas. Muchos de los post van cargados de marcas de ropa, productos de belleza o libros de autoayuda promocionados por grandes librerías.
📱Influencers and celebrities talking about mental health online is as important as ever.
But sometimes the line between raising awareness and marketing can get blurred, as the case of German influencer Cathy Hummels recently showed.
Full story⤵️https://t.co/yTb9Rcf0Qu
— Sophie Kiderlin (@SKiderlin) November 21, 2022
Una de las organizaciones que se pronunció en contra de esta práctica fue Deutsche Depressionsliga. En una declaración sostuvieron que es difícil cuando se hace ver que la depresión es un problema rápido y que desaparece de forma mágica. Resaltan que cada vez que se convierte el tema en una herramienta publicitaria se camina por una línea muy fina que al final puede ser muy peligrosa. `
En un reporte publicado por CNBC se cita el ejemplo de la influencer alemana Cathy Hummels, quien en una oportunidad promocionó unos lentes de sol al hablar del tema de la depresión e indicó que una de las mejores formas de salir de la oscuridad y brillar era con la luz del sol, con una clara alusión a comprar unas gafas. Después de recibir críticas, borró la publicación y al día de hoy no se encuentra disponible.
Por ello, Simon Gunning -representante de la organización Campaign Against Living Miserabl- piensa que los influencer que abordan el tema de la salud mental deben ser responsables en sus consejos y sugerencias. Además, recomienda a todas las personas tener cuidado con la información que consumen, debido a que en muchos casos el objetivo es ganar seguidores y obtener ingresos con la publicidad.
Junto a lo anterior, el Doctor David Crepaz sostiene que antes de tomar una decisión relacionada con la salud mental o asumir un tratamiento como proveniente de un profesional, lo mejor es verificar la seriedad de la fuente y consultar otros medios para ver si tiene respaldo científico. Hay miles de opinadores en internet, la mayoría de los cuales no tienen un certificado que respalde su experiencia en los temas que dicen conocer.
Los influencers poco a poco se convierten en los nuevos políticos; charlatanes que fingen saber cosas para lucrar con ellas
Hasta el 2019, las cifras indicaban que 20 millones de personas eran consideradas influencers debido al número de seguidores que acumulaban en las redes sociales. Para mayo del 2022, la cantidad subió de manera considerable a 50 millones. La mayoría de los usuarios ven esta ocupación como un negocio que les permite ganarse la vida o tener ingresos extra.
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A grandes rasgos, un influencer es la persona que genera contenido e información interesante, a la vez que interactúa con su público. Brinda recomendaciones y asesoramiento sobre un tópico específico y en algunos casos, se le considera autoridad en la materia. En la medida que obtiene seguidores, la fama y la popularidad aumenta, por lo que es más fácil monetizar el perfil, bien sea con patrocinantes u otros medios que estén disponibles, como la publicidad de las propias redes sociales.
Los influencers se convierten en charlatanes en el momento que promocionan los productos, bienes o servicios sin pensar en los consumidores. Ocurre por ejemplo con las medicinas alternativas o las inversiones en criptomonedas. Hay quienes piensan que por la información aparecer en una cuenta con miles de seguidores ya es seguro tomar en serio los consejos. Sin embargo, al final terminan en una red que los lleva a perder mucho dinero.
En este caso, cabe la opinión de la escritora Carmen Posadas. En una entrevista asegura que antes la información era a la inversa, de arriba hacia abajo. Las personas preparadas y con mayor conocimiento dictaban opiniones que impactaban en la sociedad. Ahora todo ha cambiado y tiene más peso la palabra de un influencer que la de un premio Nobel.
Lo peor es que en muchos casos no se trata de seguidores reales, sino de la compra de fans en sitios especializados, que con tan solo una pequeña cantidad de dinero colocan el perfil como si se tratara de verdaderas personas que ejercen una influencia en la sociedad.
Y los influencers de pacotilla, que recomiendan cosas como simples mercenarios por dinero, sin tener ninguna autoridad u objetividad sobre el tema, ya es hora que se controlen estas cosas, no son especialistas en NADA. Son charlatanes.
Sigan hilo: https://t.co/QGtkCNJAhr pic.twitter.com/kEnae5a1nA
— Comandante Puma (@PyoHonesto) February 2, 2021
Esta es una de las razones por las que en China se piensa limitar las opiniones que dan los influencer en las redes sociales. Para hablar de medicina o derecho será necesario tener una capacitación profesional. Esto llega en una época en la que la persuasión de los streamers, youtubers y otros más es muy potente. Aún así, hay algunos consideran que la restricciones forma parte de la censura del gobierno para ejercer el control de los medios digitales.
Sin embargo, depende de cada persona dejarse dominar por esta nueva clase política, que basados en un discurso bonito, quieren que la sociedad les compre las ideas y contenidos que venden. Hay dos aspectos que son claves para evitar ser engañado.
Primero, revisar el historial que tiene un influencer, en especial si cuenta con reseñas en medios importantes y si su comportamiento ha sido moralmente aceptable. Y segundo, aprender a diferenciar los contextos en que se dicen las informaciones, si es con fines de orientar o si detrás de ello hay una bien estructurada campaña de marketing.