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Los anuncios que realizó Estados Unidos a principios de octubre, dieron inicio a la guerra tecnológica con China. Allí comenzó un movimiento estratégico que pretende evitar que los asiáticos tomen el control, por lo que buscan el bloqueo geopolítico de todas las formas posibles. El punto principal de la disputa es la fábrica de semiconductores, elementos esenciales para los chips.
La principal intención de las decisiones tomadas por Estados Unidos, es frenar la innovación tecnológica procedente de China, lo que incluye la computación avanzada y la Inteligencia Artificial. Los especialistas sostienen que los niveles de velocidad en supercomputación son muy elevados, lo que significa que se pueden procesar una gran cantidad de datos en poco tiempo y avanzar en otras tecnológicas rápidamente. Eso preocupa a la administración del presidente Biden y por eso decidieron colocar un freno.
La "guerra tecnológica" de USA contra China afectará a usuarios y empresas de todo el mundo
Es cierto que los principales protagonistas de la guerra tecnológica son China y los Estados Unidos, pero esto implica a otra gran cantidad de países junto a las empresas que se encuentran en ellos. Por ejemplo, el acercamiento que la nación norteamericana tuvo con Taiwán generó todo tipo de reacciones en los asiáticos e hizo que las relaciones fueran más tensas entre ambos gobiernos.
“US chip war to hit allies as hard as it does China.
US export curbs threaten record losses for Japanese, South Korean and Taiwanese chip makers and don’t guarantee China’s demise.”Being a friend of US is FATAL🤣🤣
– Asia Times https://t.co/95qXXFkQqf
— Shank Hu 胡欣元 (@ShankHu15) November 30, 2022
Justamente en Taiwán se encuentra TMC, que es la empresa de semiconductores más grande del mundo. Estados Unidos quiso mandar un mensaje claro a China, al indicarle que por mucho que busque su adicción a la nación vecina, nunca podrán liderar el mercado tecnológico. Pero además, han invertido 52.000 M€ para potenciar las fábricas a la vez que prohíben a las empresas que reciben financiamiento exportar sus componentes a los chinos.
El subsecretario de comercio para industria y seguridad de EE UU, Alan Estévez, aseguró que buscan proteger la soberanía del país y evitar que la tecnología sensible en materia militar sea adquirida por las autoridades chinas. Por ello, prohibieron a Nvidia y AMD exportar sus productos a esta región, lo que provocó que se activaran nuevas empresas dispuestas a reemplazarlas y a producir componentes similares.
Otras que de una u otra forma están involucradas son Intel, Qualcomm, TSMC, Samsung y SK hynix, que en algún momento tendrán que decidir con quién manejan sus negocios, en especial las que se encuentran fuera de los Estados Unidos, el cual busca por todos los medios aumentar la producción nacional de chips. Es una lucha que involucra a muchos aliados, es decir, a países que tienen objetivos en común y valores compartidos.
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Mientras tanto, Estados Unidos promueve la Alianza Chip 4, que aparte de ellos la conforman Taiwán, Corea del Sur y Japón, que son los principales fabricantes de estos componentes electrónicos. Su objetivo principal es mejorar la cooperación en el diseño y fabricación de semiconductores sofisticados. A la par, China trabaja a todo vapor con sus ingenieros para superar las barreras y el bloqueo externo.
El pánico de USA a China se les está saliendo de las manos
Durante mucho tiempo, la pauta en asuntos tecnológicos la ha dictado Estados Unidos. El temor por los avances que tiene China en la materia los han llevado a tomar todo tipo de decisiones que terminan afectando a una gran cantidad de personas y empresas que a grandes rasgos se dedican es a la producción de componentes eléctricos. Al principio se argumentó que era por recelo a que la tecnología se utilizara con fines bélicos, pero ahora el trasfondo es diferente.
Se considera que China es una amenaza en el sentido que se volverá mucho más rica y poderosa, lo que les dará la posibilidad de influenciar las reglas políticas y económicas a nivel mundial. El bloqueo de las tecnologías comerciales de Estados Unidos implica dejar de recibir beneficios económicos en empresas de todo el mundo, lo que incluye algunas norteamericanas. Esa circunstancia llevará a que las tensiones se acentúen y en algún momento se termine de polarizar el mercado.
Los chips son claves en diversos aspectos de la vida moderna. Forman parte de la mayoría de los productos electrónicos, aparte que permiten la investigación en muchos ámbitos. La cadena que completa la producción es compleja. Hay empresas que se encargan de diseñarlos, fabricarlos y ensamblarlos mientras que otras aportan los suministros basados en la materia prima.
🇺🇸🇨🇳 Estados Unidos ataca de nuevo a China en la guerra tecnológica.
Estamos hablando de uno de los bloqueos más grandes de esta guerra: van a intentar paralizar el flujo de chips avanzados y equipos de fabricación hacia China.
Breve hilo👇 pic.twitter.com/zfqvLqMKfF
— Juan Vázquez (@artjvrojo) October 10, 2022
Allí justamente está la diferencia. Un 50% del mercado lo domina Estados Unidos, aunque la producción se centra principalmente en Taiwán. China solo controla en la actualidad un 7%, con un papel clave en el ensamblaje y la extracción de materia prima. Por eso su dependencia de las empresas extranjeras para ensamblar toda la gran cantidad de productos que colocan a disposición del mundo.
Desde siempre, China ha tenido mucho que ofrecer y los equipos son muchos más económicos que los producidos en los países occidentales. Además, trabajan en planes que potenciarán su dominio, entre ellos el Plan de desarrollo de inteligencia artificial de nueva generación o el 'Standards' 2035. Aunque han conseguido avances sorprendentes, todavía tienen una profunda dependencia que les comienza a pasar factura.
El gran problema para Estados Unidos es que los conocimientos que han adquirido los ponen en una posición en la que podrían ser superados tecnológicamente, algo que los gobernantes no están decididos a permitir. Aceptan que China sea una zona en la que se fabriquen equipos electrónicos, pero no que se conviertan en una potencia tecnológica. Los hechos parecen predecir que la guerra de los chips es solo el comienzo de muchas cosas que pueden acontecer en el futuro.