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La inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, pero aún no es perfecta. Un claro ejemplo es Google Bard, una herramienta diseñada para acceder a Internet y resumir cualquier URL que le indiquemos.
Aunque prometedor, este método de generación automática de contenidos ha demostrado ser poco fiable, especialmente en lo que respecta a la comprensión de detalles y el manejo de diferentes idiomas.
Así puede liarla Google Bard con los resúmenes
Un reciente experimento expuso las limitaciones de Google Bard al solicitarle un resumen de una noticia sobre un grupo de científicos chinos que desarrollaron un sistema para imprimir cerámica en 3D. La herramienta ofreció tres opciones de resumen, pero no logró identificar correctamente la ubicación de la universidad involucrada, mencionando incluso universidades de California, Países Bajos y Barcelona en lugar de la institución china correcta.
Esta situación evidencia que, aunque la IA generativa puede ahorrar tiempo en ciertas tareas, todavía no es capaz de comprender todos los idiomas a la perfección ni generar contenido 100% fiable. Es decir, aunque el potencial es innegable, aún hay mucho camino por recorrer antes de que la inteligencia artificial pueda ser considerada una herramienta profesional en la generación y síntesis de contenidos.
Google’s AI chatbot Bard makes factual error in first demo https://t.co/xTwAQ22XJi pic.twitter.com/U8Bii6wno4
— The Verge (@verge) February 8, 2023
Además, es importante destacar que la abundancia de información en línea no siempre es sinónimo de calidad. Por ello, confiar únicamente en la IA generativa para crear o resumir contenido podría generar problemas, ya que los usuarios podrían recibir información imprecisa o incorrecta.
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En conclusión, aunque la IA generativa como Google Bard presenta avances significativos en el campo de la generación de contenido, aún no es del todo fiable para llevar a cabo tareas profesionales. Es fundamental seguir investigando y mejorando estas herramientas, así como promover la verificación de la información y la educación de los usuarios para que puedan discernir la calidad y fiabilidad del contenido en línea.
Por este motivo no son fiables los resúmenes de Google Bard
Los chatbots de inteligencia artificial, como Google Bard, tienen un gran potencial para mejorar la interacción con los usuarios y proporcionar información de manera rápida y eficiente. Sin embargo, también pueden cometer errores al interpretar y generar respuestas.
En primer lugar, los chatbots de IA dependen de los algoritmos de aprendizaje automático que los entrenan. Estos algoritmos se alimentan de grandes cantidades de datos y ejemplos para aprender a identificar patrones y generar respuestas adecuadas. No obstante, el aprendizaje automático tiene limitaciones, y los chatbots pueden verse afectados por sesgos y ambigüedades en los datos de entrenamiento. Si la información de entrada es imprecisa o contiene errores, es probable que el chatbot genere respuestas incorrectas o inadecuadas.
En segundo lugar, la comprensión del lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés) es un desafío importante en el campo de la inteligencia artificial. Los idiomas humanos son complejos y cambiantes, con múltiples niveles de significado, contexto y matices. Aunque los chatbots de IA han avanzado en la comprensión y generación de texto, todavía enfrentan dificultades para captar todos los detalles y sutilezas del lenguaje humano. Esto puede llevar a malentendidos y respuestas erróneas.
Por último, los chatbots de IA pueden carecer de conocimiento del mundo real y de sentido común. A diferencia de los seres humanos, que acumulan conocimientos y experiencias a lo largo de sus vidas, los chatbots dependen únicamente de los datos que se les proporcionan durante su entrenamiento. Esto significa que pueden tener dificultades para comprender conceptos básicos o inferir información que no esté explícitamente presente en sus datos de entrenamiento. En consecuencia, los chatbots pueden cometer errores al generar respuestas basadas en información incompleta o desactualizada.