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Los estudios especializados indicaron que para el 2021, en las carreteras existían 13 millones de autos eléctricos en circulación. La mayor cantidad está en China, seguido por Europa y Estados Unidos. Las proyecciones estiman que la cifra se multiplicará por 5 para el 2025 y por 15 en el 2030.
Sin duda que esas cifras son un impacto positivo para el mercado, pero implica que la infraestructura necesaria para cargar los vehículos tiene que mejorar. Si se toma como referencia Europa, para el 2030 serán necesarios 7 millones de estaciones de servicio que cuenten con puntos eléctricos, una cifra 22 veces superior a la que existe en la actualidad. Es todo un reto que requiere una amplia inversión monetaria.
Las estaciones necesarias para un parque automotor 100% eléctrico consumirían demasiada energía
Ahora bien, masificar el número de puntos de carga representa un problema adicional y se relaciona con la gran cantidad de electricidad que se consumirá. Según un análisis realizado por businessinsider.com, para el 2035 la energía necesaria para el funcionamiento de todos los coches de batería será similar a la que utiliza una ciudad pequeña, una proyección que no deja de ser preocupante.
Electric-vehicle charging stations could use as much power as a small town by 2035 — and the grid isn't ready
Residential grids are not ready to support mass EV adoption. https://t.co/OWqxUJu8Er
— Ian McCausland (@ianmcc) November 25, 2022
Cada día se producen distintos modelos de coches eléctricos, lo que incluye camionetas, autobuses y camiones de carga. Aún así, la infraestructura de la mayoría de los países no está capacitada para cubrir la demanda futura. Un estudio realizado por la empresa National Grid, explica los movimientos que serán necesarios con la mira puesta en el 2025, 2035 y 2045.
Por ejemplo, el estudio demuestra que el consumo de una estación de servicio normal para el 2030 será equivalente al de un estadio en su máxima demanda. Pero cinco años después se requerirán 19 megavatios para surtir a camiones y autos particulares. Sin embargo, en el 2045 serán necesarios 30 MW, que es lo que requiere una planta industrial, un gasto gigante.
Ninguna de las estaciones de carga está en la capacidad para cumplir con esos objetivos, sobre todo porque la mayoría de los puntos de surtido necesitan de las redes eléctricas tradicionales para funcionar, lo que supone sobrecargar la demanda de las ciudades. Es allí cuando hace falta que se masifiquen las fuentes limpias y verdes, que sirvan de respaldo y con el tiempo sean el sostén de los autos de batería.
Las redes eléctricas mundiales no están preparadas para alojar tantas estaciones
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Con los problemas energéticos actuales, una demanda de tal magnitud puede suponer un problema en las redes de servicios públicos, por lo que desde ya, las empresas generadoras deben prepararse para el boom que tienen enfrente. Es necesario que exista un trabajo conjunto que permita cubrir en una primera instancia las ciudades con mayor número de autos y después extenderse a los puntos de las carreteras.
Los californianos fueron llamados el miércoles a no cargar sus vehículos eléctricos debido a que su envejecida red eléctrica lucha para dar abasto en medio de una ola de calor, un pedido que se da días después de que el estado anunció que frenará la venta de autos a gasolina #AFP pic.twitter.com/UB9frAVbDT
— Agence France-Presse (@AFPespanol) September 1, 2022
Sin embargo, es un poco tranquilizante un estudio presentado en octubre por Bloomberg, en el que se desmiente que vaya a ocurrir un colapso que será imposible de detener. Los investigadores argumentan que el número de coches eléctricos que hay en la carretera en 2020 consumen el 0,2% de la cuota mundial de energía, una cantidad muy chica si se compara con lo que gastan las criptomonedas.
En caso que los números se mantengan y la cantidad de vehículos supere los 120 millones para el 2040, el incremento en el consumo eléctrico será del 11% o un máximo de 15%. En ese entonces, gran parte de los medios de transporte deben estar electrificados. Hasta allá faltan unos 18 años, tiempo suficiente para superar cualquier inconveniente técnico que pueda existir, sobre todo si se mira que las cifras escalan por periodos.
Hay un aspecto que destacan muchos investigadores y es la necesidad de repartir las horas de carga. Para evitar que el sistema colapse, los dueños de auto tienen que buscar horarios puntuales. Sería una muy mala decisión que todos a la vez dejarán para surtir sus coches en la noche. Habrá que distribuirlos a lo largo del día y de esta manera la red fluirá mejor.
Por supuesto que las circunstancias en cada país son diferentes. Por ejemplo, según los datos en tiempo real que aporta Red Eléctrica de España, después de las nueve de la noche disminuye el consumo, sin embargo en la jornada diurna la actividad es constante. Con un sistema de planificación, es posible combinar las fuentes y proporcionar un servicio de calidad, sin importar que aumente la demanda por un mayor número de coches de batería.
Algunos especialistas sostienen que en algún momento los coches eléctricos podrán cumplir una función doble en situaciones de emergencia. Aunque recibirán carga de las estaciones, también pueden ser capaces de surtir a través de los sistemas inteligentes que poseen. Pasarían de ser solo máquinas de consumo, formarían parte de la red y eso sería de gran ayuda en momentos claves.
A la par que los nuevos modelos de transporte avanzan, los mercados petroleros verán una reducción importante, en especial porque no será necesario el combustible para que funcionen los coches. Allí se verá el impacto positivo en la disminución de emisiones de carbono, aunque quizá todavía se tenga que luchar para que la electricidad que se produzca sea limpia por completo. Se trata de cambiar de mentalidad, pasar el switch y convertirnos en una sociedad respetuosa del ambiente.