China presenta el primer cachorro de lobo clonado del mundo y reabre el debate sobre nuestra obsesión por ser dioses

Un reporte publicado en el diario chino Global Times, informa que una empresa de biotecnología con sede en Beijing presentó el primer lobo ártico clonado del mundo. Los investigadores sostienen que estos métodos se utilizan con la finalidad de proteger los animales raros que están en peligro de extinción.

Esta firma tiene experiencia en diversos métodos de clonación. En anteriores oportunidades lo han hecho con animales muertos, tales como gatos, perros y caballos, en servicios especiales para clientes privados. En el 2019, se dieron a la tarea de presentar el primer perro policía clonado del mundo, que sería entrenado en órganos de inteligencia con la finalidad de que se convirtiera en un detector de drogas.

China presenta el primer cachorro de lobo clonado del mundo

Sinogene Biotechnologies presentó a través de un video a la loba ártica Maya, la cual nació en Beijing el pasado 10 de junio. Para su creación se utilizó ADN de una especie que vive en Harbin Polarland, dentro de un parque de atracciones que mantiene cautivos osos polares. Después de tener la muestra, se recurrió a un procedimiento llamado transferencia nuclear de células somáticas.

Una compañía china de clonación de mascotas anuncia el nacimiento del primer lobo ártico (Canis lupus arctos) clonado del mundo. Este creció en el útero de una beagle. https://t.co/9NVEVYN2Ih Vía @globaltimesnews pic.twitter.com/ayVlB99K2g

— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) September 27, 2022

Esta acción consistió en insertar un óvulo en una perra que estaba en celo. El siguiente paso fue elegir una beagle como madre sustituta, en la que se formaría el embrión hasta la fecha de su nacimiento. Es el mismo método que se utilizó a mediados de la década de 1990 para la clonación de la oveja Dolly y que se ha empleado en diversas circunstancias en los últimos años.

En una conferencia de prensa, Mi Jidong, gerente general de Sinogene Biotechnology Co, declaró que los lobos árticos están en peligro de extinción y que con la finalidad de salvar al animal se emprendió este proceso de clonación que duró dos años, el cual al final resultó exitoso. Agregó que la noticia es un hito histórico en la aplicación de esta tecnología.

Por otro lado, Dai Rui, gerente general de Harbin Polarland, comentó que la loba clonada tendrá su hábitat en el parque en una primera etapa, ya que consideran que le costará trabajo adaptarse a los lobos árticos naturales. Para el próximo jueves se espera que sea presentado un macho. Hay que recordar que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha colocado estos animales en la lista roja de especies en peligro de extinción.

Un logro que reabre el debate ¿Por qué tenemos tantas ansias de ser como Dios?

El tema de la clonación divide a la sociedad. El riesgo de cruzar los límites éticos y morales al reproducir vidas en un laboratorio es una preocupación que expresan con frecuencia diversas personalidades. Aún se mantiene la prohibición de clonar humanos, que se hizo pública en 1998. Pero en vez de retroceder, cada vez hay más empresas de biotecnología dispuestas a prestar el servicio y fabricar especies similares a las ya fallecidas.

Hasta la fecha, la clonación de mascotas no está regulada. En 2005, en California se propuso un proyecto que prohibía esta práctica por la salud y el control de los animales. Al final, la propuesta fue rechazada. Algunas organizaciones se oponen, como el caso de las sociedades protectoras. Asegura que la comercialización pone en riesgo el bienestar de las criaturas. Sienten que al existir miles de perros y gatos que necesitan un hogar, clonar otros es innecesario.

Por otro lado, la preocupación ética surge en torno a si los científicos juegan a ser iguales a Dios al producir embriones sin la debida fertilización. Aunque estas dudas han ocurrido con otros mecanismos, el tema de la clonación es especial y diferente. Los defensores aseguran que técnicas parecidas se han empleado en las plantas, al realizar injertos de diversas especies o en animales al cruzar dos razas diferentes.

En un ensayo, la Doctora Diana Elizabeth Medina considera que el ser humano se encuentra inspirado por un deseo de omnipotencia, por lo que busca replicar de cualquier manera los individuos dotados de ingenio y belleza. Es decir, buscan imitar lo que de forma natural Dios ha implantado en las personas, la capacidad de reproducirse y crear vida, sin tener que depender de medios artificiales.

Según una encuesta de valores y creencias realizada por la firma Gallup, el 57% de los estadounidenses piensan que la clonación de animales es moralmente incorrecta. Aunque el porcentaje ha disminuido con relación al 2001, aún el sentimiento prevalece en la población. Las opiniones están marcadas por la religiosidad, el género y la ideología. Lo que sí es muy rechazado es la posibilidad de aplicar esta técnica en seres humanos. Los encuestados no la ven como una solución apropiada.

Fabiola Leyton, investigadora del Observatorio de Bioética y Derecho de la UB se proclama en contra de la clonación y asegura que bajo ningún punto de vista esta práctica es ética. Expresa que en la mayoría de los casos lo que se busca es un fin comercial, por lo que se aprovechan de la situación sentimental de las personas que tienen un animal que fue muy valioso para ellos.

En este orden de ideas, Núria Almiron, codirectora del Centro de Estudios de Ética Animal, declara que clonar a un ser vivo sintiente le parece problemático e inmoral. Eso aplica para cualquier mascota u animal de compañía. En esos casos se crea un ser de forma artificial sin analizar todas las consecuencias implícitas y los riesgos que traerá en el futuro cuando desarrolle su vida normal.

Aún así, hay muchos que deciden clonar a la mascota que han tenido toda la vida. Sin embargo, no es algo accesible para todo el mundo. Una empresa con sede en los Estados Unidos asegura que las cantidades aumentan cada año, si bien los precios no son baratos. Recrear un perro tiene un costo de 50.000 €, un gato 30.000 € y un caballo 85.000 €. Ellos aseguran que siempre se preocupan por la salud y la seguridad de los animales para evitar causarles sufrimiento innecesario.

Lo llamativo, es que un informe de la Universidad de Columbia en Nueva York sostiene que en 2018 la tasa de éxito de estos procedimientos fue del 20%, lo que significa que de cada cinco, cuatro no superan la prueba. Este hecho lleva a que las voces de las organizaciones animalistas suenen con más fuerza y aseguren que en la mayoría de los casos las copias no son idénticas a las originales.