Cuando te sientas maltratado en tu trabajo, recuerda que algunos empleados de Meta ni siquiera tienen derecho a una indemnización

Un grupo de los 11.000 empleados que fueron despedidos de Meta denunció ante las agencias informativas que la compañía no ha honrado por completo sus compromisos de indemnización o que las cantidades que reciben no se corresponden con las que cobraron otros de sus colegas.

Cuando se dieron los despidos, Zuckerberg anunció que los empleados obtendrían 16 semanas de salario básico más dos adicionales por cada año de servicio junto con un seguro médico correspondiente a seis meses. Quienes no han recibido las compensaciones adecuadas enviaron una carta a los ejecutivos, sin embargo, todavía están a la espera de una respuesta satisfactoria a sus demandas.

Algunos empleados de Meta no tienen garantizada una indemnización

Según un reporte que se publica en el portal web de cnbc.com, los 60 trabajadores que forman parte del Programa de Desarrollo Sourcer de Meta que fueron despedidos en el grupo de 11.000, han recibido indemnizaciones que no se corresponden a las entregadas a sus compañeros a comienzos del mes de noviembre. La mayoría ingresaron a la nómina en abril, no en calidad de contratados, sino como empleados a corto plazo, lo que da a entender que recibirían los mismos beneficios.

A group of Meta workers who joined the company via a corporate training program say they are receiving inferior severance packages compared to other workers who were recently laid off.https://t.co/4ZaogogBlB

— NBC New York (@NBCNewYork) December 6, 2022

A diferencia de lo que anunció Zuckerberg el día que inició la reducción de personal, este grupo de trabajadores solo han recibido 8 semanas de salario base, lo que representa la mitad de la oferta global. Declararon que no comprenden las razones, puesto que en el contrato se estipulaba que después de pasar el año de servicio pasarían a fijos si cumplían con los requisitos de la compañía.

En días recientes, la jefa de personal de Meta, Lori Goler dijo en una sesión de preguntas y respuestas que los participantes del programa no se verían afectados. Por eso el grupo de denunciantes piensa que se pudo tratar de un error administrativo y no de un acto de insensibilidad. Lo que les preocupa es que ninguno de los ejecutivos ha dado respuesta a la carta que enviaron.

Todos los despidos que se realizaron en Meta forman parte de las políticas económicas de la empresa con la mirada puesta en recuperar la estabilidad. Durante 2022, las grandes tecnológicas han pasado por un duro momento, en el que las acciones han bajado, lo que ha llevado a que muchas personas se queden sin empleo. Además, las contrataciones se han detenido hasta nuevo aviso.

¿Hacen algo los gobiernos contra la tóxica cultura laboral de Meta?

Lo único que regula las actuaciones de las grandes tecnológicas son las leyes vigentes. En el caso de los Estados Unidos, se estima que los trabajadores deben recibir un aviso de por lo menos 60 días si se va a realizar un despido masivo. De no cumplir los patrones lo estipulado, pagarán multas, meses de salario caídos y otros beneficios adicionales a los empleados.

Las multas en muchos casos no son un problema para las empresas tecnológicas y emprender una acción particular implica tener dinero para contratar un abogado y asumir todos los costos, si bien existen compañías que ofrecen servicios fraccionados. Pero los procesos tardan mucho tiempo, hay que pasar largas horas en los juzgados y nunca está garantizado que vayas a ganar el caso.

En cierto sentido, hay muchos vacíos en las legislaciones laborales. La mayoría de las veces las compañías ofrecen mucho más de lo que toca por asuntos de ley y con eso se libran de pasar por trámites engorrosos. Emprender una pelea contra un gigante es una tarea titánica, que si bien algunos comienzan, se cansan a mitad de camino. El poder que tienen las empresas trasnacionales es más fuerte que el de los propios estados. Aportan enormes cifras de dinero en tributaciones y emplean a miles de personas.

Eso no significa que todas las prácticas laborales que realicen sean las más honestas o favorables para los trabajadores. Todos deben cumplir con la cultura corporativa en la que tus derechos quedan relegados a beneficiar a los clientes, que son los que otorgan los beneficios económicos. Tienen que ubicar a la compañía en el centro de sus vidas, por encima de su vida privada. Sin embargo, cuando llega la hora de disminuir puestos de trabajo, no importa la dedicación y entrega que hayas realizado. Si estás en la lista simplemente te quedas por fuera.

Es cierto que esas prácticas no son nuevas, tienen sus orígenes en la década de 1980. En ese entonces Jack Welch introdujo un método de evaluación llamado la curva de la vitalidad que sigue vigente hasta la actualidad. En vez de eliminarlo, se ha perfeccionado con herramientas digitales que en muchos casos implican un sistema de vigilancia completo de los movimientos de los trabajadores. A quienes rinden menos se les echa sin que exista una forma de protestar.

Eso genera incomodidad y hasta un poco de resistencia. Pero si quieres preservar tu puesto de trabajo, debes esforzarte al máximo, demostrarle a los ejecutivos que eres capaz de sacrificar cualquier cosa y estar dispuesto a soportar ciertas humillaciones. Al parecer no hay otra alternativa que aguantar a jefes tóxicos y las políticas de empresarios que solo les importa ganar mucho dinero. Te pagan lo que te ofrecen, aunque en realidad no les interesa si estás bien.

Hasta la fecha no se ha escuchado una propuesta seria que ponga un freno a estas prácticas laborales. El dinero todo lo puede y mover las influencias es muy común. Los mayores conflictos se producen en el momento que tratan de engañar al estado y no pagan las cuotas que les corresponden. De lo demás, cada quien es responsable, especialmente cuando se firma un contrato en el que no hay una garantía real de protección.