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En un reciente informe publicado, este 24 de febrero, un grupo de expertos cuestionó si ChatGPT cumple con un reglamento de privacidad de la UE. Tras constatar que el chatbot de OpenAI fue entrenado con miles de millones de palabras extraídas de Internet (con artículos, documentos, ensayos y libros) sin el consentimiento de los autores, llegaron a la conclusión que ChatGPT incumple con un requisito legal del Reglamento Europeo de Protección de Datos. Por eso, señalan que la herramienta simboliza un serio riesgo para la seguridad y privacidad de los internautas.
Aunque ChatGPT supone un gran avance en el mundo tecnológico al revolucionar la forma en que trabajamos, lo cierto es que se trata de una herramienta de IA que acecha a las personas, en términos de confidencialidad. Con base en las repercusiones de este chatbot, la ONU aseguró que la IA representa un serio riesgo para los derechos humanos, ya que se ha convertido en una tecnología que puede socavar la seguridad, la estabilidad y la responsabilidad internacional. Asimismo, puede violar el derecho a la vida, el derecho a un recurso y el principio de dignidad.
ChatGPT podría ser un riesgo para tu privacidad
Desde su lanzamiento, en noviembre de 2022, ChatGPT se convirtió en la aplicación de más rápido crecimiento, ya que alcanzó los 100 millones de usuarios activos mensuales en pocos meses. Sin embargo, con la finalidad de que esta herramienta de IA les facilite su trabajo y hasta su vida cotidiana, muy pocos consumidores se percataron de cómo funciona ChatGPT.
Para preparar a este chatbot, la compañía detrás de ChatGPT, OpenAI, optó por entrenar la herramienta de IA con miles de millones de palabras extraídas de Internet, por medio de ensayos, documentos, artículos y libros. Sin embargo, todo este tipo de información disponible en la red fue enviada a la IA sin el previo consentimiento de los autores. Bajo este enfoque, hasta el día de hoy, ChatGPT sigue utilizando esos datos para su capacitación continua.
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En consecuencia, ChatGPT revela un gran riesgo: Se alimenta de nuestros datos personales. Como está adiestrada con información disponible en Internet y muchos de estos datos contienen información personal sobre personas, por supuesto revelan la identidad de las mismas, desde nombres completos, hasta direcciones, números de contacto y más. Lo cual, es una clara violación de privacidad, pues son datos utilizados sin la aprobación de las personas posiblemente afectadas.
Aparte de usar información confidencial, los datos proporcionados por ChatGPT también pueden estar errados o copiados. Primero, porque no todo lo que está en Internet es correcto, ya que es un ámbito lleno de cabildeo y propaganda. Segundo, si toma datos de fuentes copiadas, esto da lugar a conflictos legales.
Por esta realidad, un grupo de expertos llegó a la conclusión de que ChatGPT no cumple con el Reglamento Europeo de Protección de Datos (GPDR), en la Unión Europea. Por defecto, las personas deben tener la garantía de poder averiguar si una herramienta de este tipo usa sus datos y puede eliminarla de la base de datos, pues es un requisito legal del GDPR. Sin embargo, esto no es posible en el chatbot de OpenAI, por lo que su legitimidad se torna cuestionable.
En otras palabras, el “derecho al olvido” o “derecho de supresión”, que es aquel que cualquier ciudadano puede solicitar para que su información personal sea suprimida cuando se haya recaudado de forma ilícita o sin un previo consentimiento, no se cumple. Como es un concepto relacionado con la protección de datos personales, el derecho al honor y el derecho a los secretos, se considera una norma fundamental y garantizada del Reglamento Europeo.
Por ende, en vista de que ChatGPT no lo practica particularmente, no puede ser aprobada por el RGPD como una herramienta segura y confiable.
De acuerdo con la política de privacidad de OpenAI, la herramienta recopila la dirección IP de los usuarios, el tipo y la configuración del navegador, datos sobre las interacciones de los usuarios con el sitio, el tipo de contenido con el que interactúan los usuarios y las acciones que realiza.
Esto no es todo, también se halla algo más preocupante: OpenAI afirma que puede compartir la información recopilada con otros terceros. Lo que significa que, aparte de obtener acceso completo a los datos de los usuarios de Internet, también puede distribuir los mismos en la red para facilitar la búsqueda de terceros, sin limitación alguna. En efecto, los riesgos de privacidad que existen son alarmantes, pues los usuarios deben renunciar a su derecho a la privacidad por emplear la IA.
Para Elon Musk, quizás el hombre con menos filtros en el planeta, la Inteligencia Artificial como el Chat GPT debería tener regulaciones. 👇https://t.co/HSWdy074uq
— FayerWayer (@fayerwayer) February 18, 2023