¡Un organismo sorprendente! Por fin descubrimos cómo los tardígrados sobreviven a la deshidratación extrema

Una de las pocas especies resistentes a la falta de agua son los tardígrados. Hasta la fecha, los científicos han identificado 1.300 clases diferentes, aunque sus movimientos son similares a los insectos. La traducción del nombre es pasos tardíos y tienen la capacidad de sobrevivir a temperaturas extremas.

La mayor noticia en cuanto a estas minúsculas especies es que son capaces de vivir hasta 30 años sin consumir agua. Para ello, disponen de un preciso mecanismo que les garantiza la supervivencia, según lo que descubrieron un grupo de investigadores japoneses y que fue publicado en la revista científica estadounidense PLoS Biology.

Descubrimos cómo los tardígrados sobreviven a la deshidratación

Estos micro animales de 0,5 milímetros tienen ocho patas, con una vida media de 60 años. El gran misterio a lo largo del tiempo, es la razón por la que se mantienen vivos sin consumir agua. Ese fue el motivo principal de la investigación y tras un profundo estudio, concluyeron que poseen en abundancia proteínas termosolubles citoplásmicas (CAHS), las cuales protegen las células en los periodos de escasez de líquido.

Las proteínas tienen la capacidad de detectar la circunstancia que atraviesa la célula y antes de que pase a la etapa de deshidratación forma filamentos similares a un gel. Cuando se secan, se encargan de sostener la célula mientras esta va perdiendo el agua debido al desgaste, lo que evita que se mueran. Al rehidratarse, el proceso se revierte y no causa ningún daño en el organismo.

How can tardigrades tolerate almost complete dehydration? The stress-dependent condensing properties of #tardigrade tolerance proteins reveal how they stabilize cells & counteract environmental stress on demand @Bacchiri_Sakana @kuniedat #PLOSBiology https://t.co/f5LDtzivMK pic.twitter.com/gnvJR9BCPq

— PLOS Biology (@PLOSBiology) September 7, 2022

En una etapa de deshidratación, la mayoría de los organismos mueren. El secreto para que los tardígrados se mantengan vivos es que son capaces de lidiar con el estrés que ocasiona la falta de agua, por lo que viven sin problemas durante décadas, comenta el profesor asociado de la Universidad de Tokio, Takekazu Kunieda, y agrega que en la medida que el agua sale, las proteínas refuerzan el organismo para evitar que colapse.

Realizar todas estas pruebas tuvo desafíos y retos que los científicos superaron en el camino. Akihiro Tanaka, autor principal del estudio, dice que para analizar las proteínas y verlas en el microscopio hubo que teñirlas. No podían utilizar agua, por eso se valieron del metanol y controlaron los movimientos para que las conclusiones fueran seguras.

Un organismo sorprendente que es prácticamente inmortal

Con el pasar de los años se han hecho pruebas e investigaciones con los tardígrados u ositos de agua, como los conocen algunos. Siempre han generado mucha fascinación en los investigadores debido a la resistencia que poseen, la cual no se observa en ningún otro organismo vivo, pues estos soportan temperaturas desde 100 grados hasta los 272 bajo cero, y radiaciones cientos de veces más potentes que las que aguantan los humanos.

Una prueba de fuego se hizo en 2007, cuando las agencias espaciales de Europa y Rusia enviaron al espacio algunos tardígrados deshidratados. Con esto ocurrieron dos hechos interesantes: se mantuvieron con vida y preservaron la capacidad de reproducción. Años más tarde, en 2016, científicos japoneses revivieron uno que tenía tres décadas congelado y una vez activo, demostró sus facultades reproductivas.

Cuando se les congela, los tardígrados entran en una etapa llamada criptobiosis, que es una animación suspendida. Allí se detienen los procesos metabólicos y se reduce el agua para que el hielo no los mate. Se arrugan y quedan del tamaño de una pequeña bola y pasan a un estado similar a la muerte, ralentizándose 0,01% de lo normal. Al regresar al clima natural, se rehidratan y siguen con su actividad, aunque esto ocurra décadas después.

Su alimentación se basa en el consumo de otros tardígrados, plantas y bacterias. De allí obtienen los nutrientes necesarios para mantenerse con vida. Llama la atención, que una tormenta de viento los puede trasladar a un lugar distante y eso no significa que vayan a morir.

Cabe destacar que estos tienen un gen único que les permite tener la resistencia a altos niveles de radiación. Esta capa sirve de protección y los envuelve para que los rayos no les causen daños mayores, como por ejemplo la muerte. Eso lleva a pensar que nunca desaparecerán, aún si los efectos del cambio climático ocasionan daño a otras especies que viven en la tierra.

En 2017, investigadores de las universidades de Oxford y Harvard, concluyeron que estas especies tienen la capacidad para sobrevivir a cualquier catástrofe espacial, con un tiempo de supervivencia de 10.000 millones de años. Aseguran que es probable que existan algunos otros organismos con competencias similares, pero hay que seguir con los estudios e investigaciones.

Todo lo que se ha descubierto hasta ahora puede tener muchas aplicaciones en el futuro. Una de ellas sería copiar maneras de mejorar la conservación por largos espacios de tiempo de materiales de investigación, órganos para trasplante o medicamentos que estén a punto de vencer. Pero igualmente, hay otros elementos que se detectarán en el estudio de 300 tipos proteínas, lo cual de seguro traerá nuevas sorpresas.